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T3. E6. El secreto está en la respiración: Alejandra Rangel

Episode Transcript

Speaker 1

¡Gracias!

Speaker 2

Dice una vieja frase que el miedo puede llevar a las personas a cualquier parte.

A veces, esta emoción es tan intensa que puede paralizar al que lo sufre o acabar en actos violentos.

Pero también hay quienes lo han entendido durante tanto tiempo que lo acaban normalizando y lentamente se acercan a límites muy peligrosos.

Dicen también que el miedo es un guardián, pero cuando se queda demasiado tiempo, deja de protegernos y empieza a encerrarnos.

Speaker 3

Mi mamá quedó viuda muy joven, tenía 27 años, yo tenía dos años y mi hermano tenía un año.

Digamos que crecí como en ese entorno en el cual hubo una muerte que fue traumática.

Alejandra Arangel

Speaker 2

nació en Bucaramanga y aunque tuvo la fortuna de crecer con su mamá, sus tías y sus abuelos, es difícil para ella no pensar en su infancia como una etapa oscura, confusa y sobre todo llena de miedo.

Su papá murió en un accidente de tránsito y desde entonces hubo un ambiente tan pesado en su casa que incluso opacaba los momentos felices.

Speaker 3

Pues tengo recuerdos de estar angustiada, de que mi mamá de pronto se va a morir, de que no va a llegar o que le va a pasar algo.

Digamos que siempre tengo recuerdos muy temprano de estar estresada, de tener angustia, de muy chiquita

Speaker 2

Todo eso hizo inevitable que Alejandra se sintiera muy distinta a las niñas de su edad.

No solo porque su familia era diferente, sino porque nadie más parecía sentirse tan angustiada como

Speaker 3

ella.

Me sentía bastante frustrada, sobre todo mucho miedo a que a mi mamá le pasara algo.

Speaker 2

Ese miedo no desapareció con el tiempo, solo cambió de forma.

Ya no era únicamente el temor a que algo malo le pasara a su mamá o a alguien cercano, sino una sensación más general de inseguridad frente a la vida.

Para sentirse a salvo, empezó a buscar rutinas y certezas.

Quizás por eso siempre fue una estudiante destacada, de esas que ocupan los primeros puestos y rara vez se salen del camino.

Hasta que llegó la adolescencia.

Speaker 3

Mi mamá siempre tuvo mucho miedo de que yo me engordara, porque ella decía que ella había sufrido mucho siendo gorda.

No sé si en todas las familias es así o no sé cómo funciona, pero en mi casa recuerdo que era un tema la comida y el que no me fuera a engordar.

Speaker 2

Como a todos los adolescentes les pasa, el cuerpo de Alejandra empezó a cambiar y ella quería encajar.

De ninguna manera quería sufrir burlas o matoneo.

Ese miedo, con el que vivía siempre, se transformó en algo real y muy peligroso.

Speaker 3

A los 14 años yo sentía que me había engordado y empecé a hacer muchas dietas y empecé a dejar de comer.

Sí, era como café y manzana por la mañana, piña al mediodía, un pedacito así de queso y después ya empecé a darme los atracones y a vomitar.

Speaker 2

Se calcula que en todo el mundo, cerca del 20% de los niños y adolescentes sufren de trastornos alimenticios.

Los más conocidos son la anorexia y la bulimia.

Pero hay otros, como el trastorno por atracón o la ortorexia, una obsesión por comer solo lo que se considera saludable.

Speaker 3

Tengo recuerdos muy oscuros de esos años, 14, 15, me desmayaba, lo mío era a matarme, o sea, era a matarme todo el día, todos los días, a toda hora, yo solamente vivía en función de eso, darme tracones y vomitar.

Speaker 2

En este episodio, Alejandra Arangel nos cuenta cómo fue vivir con anorexia y bulimia y otros trastornos durante años y cómo aún trata de lidiar con las huellas que le dejaron.

Soy María Elvira Arango y esto es Qué Locura, un podcast sobre salud mental para hablar de lo que no se habla.

Este es Un Lugar Seguro.

Algunos años antes de que aparecieran los trastornos alimenticios, Alejandra vivió una experiencia que marcaría su vida de manera profunda.

Fue víctima de abuso sexual por parte de alguien muy cercano a su familia.

Esa tragedia fue el punto de partida para una adolescencia difícil y para unas heridas que dolerían por años.

Speaker 3

Yo no tengo tampoco recuerdos tan claros, o sea, yo tengo como flashbacks.

Yo pienso que fue alrededor de los siete años tal vez y que no fue solo una vez.

Yo pienso que era algo que pasaba con frecuencia.

Nunca nadie supo nada.

Y pues digamos que un poco el sistema de vergüenza, de culpa, de que era algo que no podía expresar, pues hizo que eso fuera una experiencia aún más traumática.

Porque finalmente si a un niño le pasa algo así, ya es muy traumático.

O sea, ya tiene que estar en terapia y bueno, no sé, o sea, y en algún momento lo va a superar.

Pero eso fue algo que quedó como muy guardado en mi psiquis, que de hecho no sé si está lo suficientemente procesado

Speaker 2

Por más de 30 años evitó pensar en eso, no solo porque sus recuerdos eran borrosos, sino porque resultaba tan abrumador enfrentarlo que no podía darle la dimensión que realmente tenía.

Speaker 3

He intentado hacer cosas para desbloquearlo, como para tener acceso a mi inconsciente y desbloquear un poco lo que yo creo que pasó en mi cuerpo y en mi sistema nervioso en ese momento, pero no es algo que haya trabajado creo que en profundidad ni siquiera a esta edad, porque fue hace muy poco que realmente empecé a tomar conciencia.

Speaker 2

Como ella misma dice, todo lo que podía salir mal, salió muy mal.

Speaker 3

Digamos que yo estaba muy flaca, en algún momento llegué a pesar, no sé, como 38 kilos, como a los 15 años.

Empecé a bajarme mucho de peso porque yo aprendí a desconfiar o me enseñaban o intentaban enseñarme a desconfiar de mi percepción.

Speaker 2

Aunque algunas veces Alejandra se sentía muy bien estando así de delgada, la mayor parte del tiempo pensaba que estaba gorda.

Pararse frente al espejo se convirtió en un martirio para ella e hizo todo para seguir bajando de peso.

Sin embargo, el verdadero punto de no retorno lo cruzó cuando empezó a vomitar después de cada comida.

Speaker 3

Salía al descanso y me comía, pues no sé, algo que yo pensara que no podía comer, como un buñuelo y una cola y pinto, ¿sí?

Y pues lo vomitaba en el baño y entraba a mi clase normal o en el almuerzo, aparentemente comiendo pues como con todo el mundo, pero pues comía más de lo que yo pensaba que podía comer y iba al baño y vomitaba

Speaker 2

Los atracones son episodios impulsivos en los que una persona come grandes cantidades de comida en poco tiempo sin detenerse, incluso si no tiene hambre.

En muchos casos, como le pasó a Alejandra, estos episodios vienen seguidos de conductas como el vómito provocado en un intento de deshacer lo que se acaba de comer.

Y después, claro,

Speaker 3

llega la culpa.

Compras una cantidad de comida exageradísima y te encierras a comer sola y a vomitar.

Pues son unas sesiones terribles, sordidas.

Es un consumo, es una adicción.

O sea, la comida se convierte en cualquier adicción, como un alcohólico que se sienta a emborracharse.

En algún momento se daban cuenta, en mi casa se empezaron a dar cuenta, mi hermano, mis abuelos, como que algo estaba pasando.

Mi mamá me llevaba al médico y en la EPS.

Bueno, perdía peso, perdía peso, perdía peso.

Me daba unos ataques de gastritis terribles, que me doblaba, me ponían ranitidina en la vena porque iba a la clínica, porque a veces tenía miedo de morirme, ¿no?

O sea, de vomitar sangre, a veces vomitaba sangre, o sea, la garganta se me pelaba, el esófago, los dientes, porque se cae el ácido clorhídrico del estómago, te quita el esmalte de los dientes.

Speaker 2

Con los atracones, el estómago se estira demasiado y eso puede causar dolor, náuseas o sensación de ahogo.

Luego, al provocar el vómito, el cuerpo se desestabiliza por completo.

Aparecen los mareos, la debilidad, calambres o incluso, si ocurre con frecuencia, problemas en el corazón.

Speaker 3

A mí me quitaba completamente mi funcionalidad, porque cuando tú empiezas a darte un atracón, pues esto es, no sé, horas o

Speaker 2

días

Speaker 3

O sea, tú te sientas y pues hasta que no vomites todo, hasta el último arroz de la empanada y pues era también como una porga, ¿no?

Pues porque tenía que tomar agua, vomitar.

Speaker 2

Llegó a tal extremo que un día, después de un atracón gigante y una purga de las mismas dimensiones, la internaron en cuidados intensivos.

El médico que la atendió fue claro, su vida estaba en grave peligro.

Speaker 3

Yo sentí que me iba a morir.

Yo me la pasaba desmayada porque realmente mi cuerpo sí estaba muy mal.

Y en algún momento pensaba también, o sea, como que no lo podía controlar.

En algún momento, no sé si consciente o inconscientemente, pero son los recuerdos que tengo, como que yo ya no lo podía controlar, como que espontáneamente vomitaba.

Speaker 2

Y en ese punto, literalmente al borde de la muerte, Alejandra tuvo un sueño con su papá y por primera vez hizo conciencia de todo lo que estaba sufriendo.

Speaker 3

Me acosté como dije, pues me voy a morir.

O sea, esta noche me voy a morir.

Y soñé con mi papá.

Y mi papá, hay un cassette que mi mamá tenía grabado con la voz de mi papá.

En el cassette decía, nena, o algo así.

Y yo esa noche soñé con esa voz que llegaba mi papá a la casa, me llevaba unas manzanas y me decía, nena.

Entonces yo me levanté muy emocionada.

Porque pues nunca, yo no me acuerdo de él a los dos años.

Y pues había soñado con él.

Era una cosa, pues, entonces como que ahí yo dije, pues pucha, yo no me voy a morir.

Speaker 2

Desafortunadamente, ese no fue el momento de quiebre en su vida.

No pudo detener los atracones, y mucho menos la bulimia.

En sus palabras, refinó la forma de purgarse, es decir, cuidó hasta el más mínimo detalle para que nadie a su alrededor se diera cuenta de nada.

Speaker 3

Yo era súper paranoica y andaba con el cepillo de dientes todo el tiempo.

Una gran desconexión de mí misma, entonces pues una gran desconexión también de los demás.

Entonces era un tema oscuro, cerrado, en el que nadie se podía meter.

Entonces yo era como muy reactiva y pues digamos como que lo protegía mucho, ¿no?

Entonces cuando alguien se metía, pues yo no reaccionaba bien.

O sea, yo creo que eso también hacía las cosas difíciles.

Speaker 2

Cuando cumplió 17 años, Alejandra se mudó de Bucaramanga a Bogotá.

En la capital empezó a estudiar economía y aunque de algún modo lograba avanzar en su carrera, también se enfrentó a un entorno que hacía mucho más difícil lidiar con la bulimia.

Todo se intensificó en su vida.

Speaker 3

Ya empezaba como con temas, digamos que las fiestas, alcohol, mucho trago y pues era bulímica.

Entonces digamos que eso era muy...

Yo tengo muchos recuerdos de estar todos esos años muy desubicada, muy desubicada, muy desubicada.

Así, de extremos.

No había como escala de grises de ninguna forma.

Era blanco o negro.

Speaker 2

Hasta ese momento solo había tenido un novio, una relación muy infantil que acabó tan pronto llegó a Bogotá.

Pero en medio de esa vorágine de fiestas, tragos sin fin, dieta, atracones y bulimia, conoció a un hombre que la marcó para siempre.

Speaker 3

Yo estaba muy mal en el 2003, muy muy mal, muy flaca, muy loca, muy descontrolada en el fondo de la bulimia.

Había intentado muchas veces salir, pero no, no la lograba, tenía ataques de pánico y el 30 de enero realmente le pedí a mi papá que si yo no era capaz de salir de la bulimia me quería morir.

que ya no quería más, que ya no quería más, que por favor me ayudara.

Sí, yo pensaba que ya no quería más, que no quería más, y pues bueno, quería morirme, quería morirme, o sea, realmente pensé en suicidarme, o sea, pensé en que no quería más.

Y ahí conocí al papá de mis hijos, a mi primer esposo.

Speaker 2

Cuando empezaron a salir y aún vivían cada uno por su lado, a Alejandra le resultaba sencillo ocultar la bulimia.

Pero al formalizar la relación tuvo una recaída que ya no pudo esconder.

Speaker 3

Él me pilló vomitando y yo, o sea, no te puedo decir como qué fue exactamente lo que se disparó en ese momento, pero yo sí sentí que yo no quería perderlo por estar escondida o por estar totalmente desahuciada con ese trastorno.

Entonces yo ahí sentí como la motivación de recuperarme, de tener otra vida.

Eso era lo que le había

Speaker 2

pedido a su papá con desespero, la fuerza para liberarse de ese ciclo que llevaba casi 10 años consumiéndola, sobre todo del miedo profundo que sentía desde niña y que la empujaba cada vez más hacia el abismo.

Esa relación se convirtió en un refugio, pero también en el ejercicio encontró una forma de mantener la mente ocupada y, de paso, la ayudaba también a no vomitar.

El problema es que acabó

Speaker 3

llevándolo al extremo.

Hacía mucho deporte y empecé a hacer yoga, pero como evadiéndome, como escapándome.

En esa época hacía mucho spinning porque para mí era importante no engordarme y tenía también un tema con la comida.

O sea, mi forma para dejar la bulimia sin tener muchas instrucciones, porque como te digo, no estaba ni medicada ni estaba con terapeuta en ese momento, fue tener, pues ser muy estricta con mi comida, pero muy estricta también era, pues no sé.

Media manzana, media galleta, el cafecito, media cosita así a tal hora.

Sí, o sea, casi pesando las cosas, o sea, casi nivel demencia con la comida y hacer mucho deporte.

Speaker 2

Se obsesionó de tal manera con el deporte que llegaba a correr 15 o 18 kilómetros diarios.

Y claro, hubo lesiones por llevar su cuerpo hasta ese extremo.

Pasó de ejercicio a adicción.

Y también pasó eso con la bicicleta, el yoga y hasta con la meditación.

Para Alejandra simplemente no había puntos medios.

Todo lo que parecía alejarla de la bulimia se volvía entonces una manía.

Speaker 3

Incluso en las clases de yoga no lograba quietarme, no lo lograba, aunque hacía mucho, no lo lograba.

Speaker 2

En esa rutina tan extrema y con algunas crisis de bulimia en el camino, Alejandra no solo logró graduarse de economía, sino que se convirtió en una exitosísima ejecutiva del sector financiero.

Es difícil de imaginar, pero lograba llevar una vida así, de un extremo a otro.

Sin embargo, las cosas empezaron a cambiar.

Speaker 3

Yo en esa época, digamos que cuando empecé a salir de la bulimia y todo eso en el 2004, yo estaba todavía era pasante, estaba haciendo mi pasantía de economía.

Digamos que eso fue como un lapso, 2004-2006.

Yo quedé embarazada de Nacho, de mi primer hijo, en el 2006.

Convertirse

Speaker 2

en mamá la sacudió por completo y cambió las reglas del juego.

Aunque no superó la bulimia de un día para otro, sí se alinearon varios factores que lo hicieron posible poco a poco, desde el matrimonio hasta empezar a tomar terapia con regularidad.

Speaker 3

evidentemente la maternidad ha sido pues digamos que lo que más me ha motivado a tratar de estar más tranquila ¿no?

más serena a buscar entender la bulimia porque me he enfermado bueno como entender y darle la vuelta a las cosas

Speaker 2

Pero cuando ya veía la luz al final de ese túnel de trastornos alimenticios que duró 10 años, apareció un trastorno de ansiedad generalizada

Speaker 3

Digamos que el diagnóstico era trastorno de ansiedad generalizado.

Ahí no lo sabía.

Y bueno, y la maternidad también me atropelló enormemente.

Y con el tema de la maternidad, pues era entre muy psicorrígida, como con las cosas que hay que hacer, o muy extrema para los lados.

Entonces, sí, una cosa muy abrumadora también en mi rol de mamá en ese momento, de una hipervigilancia y de un hipercuidado.

Y, digamos, por ejemplo, con la lactancia...

Pues no sé, o sea, como que dicen cuando uno tiene un bebé, pues usted tiene que dormir, cuando el niño duerma tiene que dormir.

No, no, no.

Entonces me sacaba leche toda la noche, me compraron, mis suegros me regalaron un congelador, porque yo estaba obsesionada con que iba a entrar a trabajar y entonces tenía que llenarle el congelador al niño.

Y entonces tenía mil leche y la máquina de sacarme leche, bueno, así...

Speaker 2

Por suerte no estaba sola.

Su mamá y otras personas cercanas la apoyaron en ese momento tan sensible.

Pocos años después nació Felipe, su segundo hijo, y aunque esta vez supo manejar mejor la ansiedad, no encontraba sosiego.

Seguía sintiendo que necesitaba algo más que la terapia tradicional para sentirse verdaderamente en paz.

Quería comprender a fondo lo que había vivido, entender por qué su relación con la comida y con su cuerpo se había vuelto tan dolorosa.

Y el momento llegó en el 2013, después de una crisis muy profunda.

Speaker 3

Aparentemente todo estaba muy bien.

Estaba casada, tenía un buen trabajo.

Pero tenía mucha ansiedad, todo el tiempo tuve mucha ansiedad.

Y en el 2013 me empecé a sentir muy mal.

Empecé a sentir muchos síntomas de, digamos, malestares gástricos, de reflujo de gastritis, ¿sí?

Como que no podía respirar bien, como que tenía un nudo en la garganta, así súper fuerte, que no podía respirar.

Y entonces me daban ataques de pánico y terminaba en la clínica y yo decía, no, esto no puede pasar.

Speaker 2

Alejandra no estaba dispuesta a regresar a esas épocas oscuras de clínicas, medicamentos, crisis y miedo.

Y por una recomendación, llegó al consultorio de un terapeuta que le propuso un enfoque distinto.

Tratar de gestionar la ansiedad y los estragos de la bulimia desde la respiración.

Speaker 3

Digamos que esa terapia a mí me cambió la vida.

Ahí empezó como un capítulo ya diferente.

Siempre era como,¿ qué me pasa?¿ Qué me pasa?

Terrible.

Buscando aquí, buscando allá, haciéndome constelaciones familiares, bueno, tratando.

Pero era un tema más del trauma y eso que se quedó atrapado en mi sistema nervioso, que no me dejaba respirar.

Speaker 2

Antes de continuar con la historia de Alejandra, vale la pena explicar por qué en los últimos años las terapias enfocadas en la respiración, o mejor, en la respiración consciente, se han vuelto tan populares.

Cada día respiramos cerca de 23,000 veces y siempre o casi siempre lo hacemos de una forma automática, es decir, ni siquiera nos damos cuenta.

Pero a medida que crecemos vamos adquiriendo algunos hábitos que vuelven muy disfuncional nuestra manera de respirar.

Speaker 4

La postura que nosotros adoptamos influye en la manera como respiramos.

La ropa que utilizamos, los hábitos de vida, si pasamos el día sentados, es normal empezar a tomar posturas incorrectas y eso cambia la manera como utilizamos los músculos respiratorios.

Speaker 2

Felipe Galvis, experto en respiración funcional, nos ayudó a entender cómo respirar, esa actividad que parece tan simple, orgánica, pero que puede ser un verdadero superpoder.

Speaker 4

La respiración es la manera como nos comunicamos con el cuerpo.

La respiración es un puente entre nuestra conciencia y nuestra inconsciencia.

Entonces, si mejoramos la manera como respiramos, vamos a mejorar la manera como le hablamos al cuerpo.

La respiración funcional tiene cuatro características fundamentales.

La primera es que es nasal.

Y nasal siempre.

Nasal en inhalación, en exhalación, en reposo, en actividad física, despiertos, dormidos, siempre.

Lenta.

Entre más lenta, mejor.

Suave, precisamente, que no suene.

Si algo suena cuando uno respira, hay algo paz.

Y cuarto, profunda.

Hemos también normalizado como sociedad respiración en el pecho.

Y eso lo que está haciendo es enviándole señales al cuerpo de estrés.

Speaker 2

Muchos deportistas han empezado a adoptar esta forma de respiración consciente para mejorar en sus disciplinas, pero también varios pacientes con trastornos y con enfermedades de salud mental han encontrado en la respiración correcta una forma de calmar la mente, de reconectar con su cuerpo y de aliviar el estrés.

Speaker 4

Si una persona tiene un sistema nervioso hiperflexible o hiperactivo, O es un sistema nervioso que está condicionado a ciertas fobias, ciertos miedos o a ciertas historias mentales que no se cuentan.

Entonces la respiración es la herramienta para regular eso precisamente.

La herramienta para estimular más bien la rama parasimpática del sistema nervioso, que es esa rama relacionada con la pausa, la calma, la tranquilidad, la quietud.

Speaker 2

Según expertos como Felipe, la respiración consciente es como una cascada que eleva al cuerpo y la mente a un estado de relajación completa.

Y aunque quizás lleve tiempo a acostumbrarse, los beneficios son enormes.

Speaker 4

Y es que yo insisto que es un superpoder y es un superpoder al que tenemos acceso todos al alcance de la nariz, literalmente.

Speaker 2

Cuando uno respira bien, es decir, nasal, lento y profundo, tiene un efecto muy poderoso sobre la amígdala, que es la que se encarga de controlar todo lo relacionado con las emociones y con los sentimientos.

La respiración fue muy importante para Alejandra Arángel.

Speaker 3

con la respiración simulábamos ataques de pánico me hiperventilaba y ahí me enseñó y entendí qué pasaba la amígdala cómo se dispara mi cerebro hiperreactivo mi cerebro hipersensible entendí muchas cosas que para mí siempre es muy importante entender y ya la amígdala en algún momento dejó de dispararse y explotar y ya empecé a entender entonces ya no se disparaba tanto ya empecé a bajar a bajar a bajar y esas señales internas empezaron a calmarse un poco

Speaker 2

Aunque no es un tema del que Alejandra hable con regularidad, este camino reciente de sanación y, sobre todo, de entender mejor sus trastornos y sus dolores, le ha ayudado a mirar su historia desde otra perspectiva y a compartirla sin tanto miedo.

Hablar de lo que vivió no solo le ha servido a ella, sino que también ha abierto espacios de conexión con otros que han pasado por lo mismo.

Speaker 3

Cuando he empezado a hablar más abiertamente de esto, me ha parecido que es muy común y que la gente no habla de esto.

Y he tenido muchas experiencias de gente que me dice, a mí me pasa esto.

O sea, como que es un sufrimiento silencioso, interno, que genera vergüenza.

Y creo que le pasa a mucha gente, más de la que uno cree.

Speaker 2

Incluso con sus hijos, que hoy conocen todo lo que sufrió, con quienes tiene conversaciones abiertas sobre los trastornos, la ansiedad, las adicciones y muchos otros riesgos de salud mental a los que ellos también podrían estar expuestos.

Speaker 3

Ellos crecieron un poco en ese lenguaje, ese lenguaje es algo muy común, siempre ha sido algo muy común en mi casa y saben perfecto todo.

Speaker 2

Alejandra lleva más de 20 años en una carrera exitosa en el sector financiero.

Hoy es gerente de Economía Internacional y analista de mercados.

Pero el reto mayor lo tiene ahora.

Es mantener a raya la sombra de las crisis que aún la acechan.

Speaker 3

Y ahora pues tengo muchas herramientas para atravesarlo de otra forma.

Vivo muy acelerada a veces, pero pues ya tengo la conciencia.

Obviamente medito mucho, obviamente pues el deporte, ya aprendí que no me hago daño con el deporte y bueno, y ya he ido explorando como más otras cosas, otro tipo de técnicas de respiración para manejar eso.

Speaker 2

La mejor forma de describirlo, como dice Alejandra, es que se siente mucho más refugiada y conectada a lo que ama, el deporte, el trabajo y, por encima de todo, sus hijos.

Ese refugio le permite navegar mejor las crisis y, aunque son esporádicas, aún llegan, pero ya no arrasan con todo, como ocurría unos años atrás.

El miedo, ese fantasma que la acompañaba desde niña, se ha desvanecido por fin.

Speaker 3

Entonces creo que sí estoy como en otro lugar muy diferente, muy diferente.

Se agota lo psicológico, se agota lo psiquiátrico, ya es algo que pasó y ya.

Y empieza otro camino diferente.

Lo he intentado todo y lo sigo intentando.

Speaker 2

Este podcast es impulsado por PorqueQuieroEstarBien.com, el programa de salud mental de la Fundación Santo Domingo.

La producción es de Silvia Santamaría, la no ficción Boombox y Mía.

Este guión fue escrito por Juan Camilo Hernández Meléndez y editado por Miguel Reyes.

El diseño de sonido es de Pablo Restrepo.

La ilustración de la portada es de Isabela Soto Vallejo.

Gracias por apoyar este proyecto, también a TQ y su marca MK, Medicamentos Totalmente Confiables.

Recuerde que hablar nos hace bien.

Consulte e infórmese sobre salud mental en PorqueQuieroEstarBien.com, el programa que acompaña a miles de personas.

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