En este momento y por los próximos 30 minutos, Caracol Radio y W Radio se enlazan en una sola voz para presentar Mis Preguntas con Roberto Pombo.

Soy Roberto Pombo.

Bienvenidos a Mis Preguntas, un programa de Prisa Media patrocinado por CAFAM, aliado estratégico en el crecimiento de más de 40.000 empresas en Colombia.¿ Qué tanta capacidad de inventiva tenemos en Colombia?

En Colombia han nacido inventos y desarrollos que han salvado vidas en todo el mundo.

Sin embargo, la inversión pública y privada en investigación y desarrollo en el país es bastante baja.¿ Cuál es el riesgo de no tener soberanía tecnológica?

Para este capítulo hablamos con Juan David Aristizábal, emprendedor social y fundador de Talento Latam.

Con Santiago Amador, gerente de Ágata, agencia de analítica de datos e inteligencia artificial.

Con Juanita Rodríguez Catá, country manager de Bitso en Colombia.

Con Mauricio Hoyos, CEO de Cencia.

Con Víctor Saavedra, director de la Agencia Distrital para la Educación Superior, la Ciencia y la Tecnología Atenea.

Y con Lorena Valencia, CEO y cofundadora de Octopus Force.

Soy Roberto Pombo y este es el capítulo 168 de Mis Preguntas.

Bienvenidos.

Con mucha frecuencia comienzo los programas poniéndoles a ustedes, los oyentes, que se imaginen algo.

Pero hoy no será uno de esos días porque recientemente descubrí algo.

No todo el mundo tiene la capacidad de imaginar.

Este fenómeno tan extraño se llama afantasía, que es la incapacidad de ciertas personas de generar o evocar imágenes mentales.

Su imaginación y sus recuerdos no se apoyan en imágenes, es decir, sencillamente no forman imágenes mentales al pensar, recordar o fantasear sobre cualquier cosa, y a algunos ni siquiera les ocurre cuando duermen y sueñan.

Quizás el ejemplo más claro es la ya clásica solución para el insomnio, imaginar ovejas saltando una cerca, pues las personas con la fantasía simplemente no pueden hacerlo.

Y como se trata de un espectro neurosensorial, del otro lado está un fenómeno que consiste en todo lo contrario, una condición que es también bastante curiosa, la hiperfantasía.

La hiperfantasía es la capacidad de visualizar e imaginar con un detalle y realismo extremos y hace que la persona experimente sus pensamientos y fantasías con gran intensidad, casi como si fueran reales.

Además, su gran facilidad para crear mundos completos y situaciones complejas alimenta su creatividad, lo que los hace sobresalir en disciplinas artísticas como la escritura, la pintura, la música y el diseño.

Es una imaginación poderosa y detallada que influye significativamente en su vida cotidiana.

Cuando uno se detiene en estos fenómenos, la fantasía y la hiperfantasía, aparece algo claro.

No existe una sola manera de pensar.

Hay personas que no forman imágenes mentales y aún así resuelven problemas complicados.

Otras personas visualizan todo con un nivel de detalle casi excesivo, pero no necesitan ordenar esas imágenes para que tengan sentido.

Esta diversidad no es solo una curiosidad neurológica.

Ha estado presente desde los primeros inventos, La rueda, el fuego controlado, las herramientas básicas o los calendarios no dependieron de ver escenas perfectas en la cabeza, sino de observar necesidades concretas y probar respuestas posibles.

Distintos tipos de pensamiento llevaron a soluciones que con el tiempo se volvieron fundamentales.¿ Hasta qué punto inventar es un acto de rebeldía contra los límites que la naturaleza o la sociedad nos imponen?

Eso me contó Juan David Aristizábal, emprendedor social y fundador de Talento Latam.

Uno de los grandes problemas que tiene Colombia es que los niños en las escuelas rurales no tienen acceso a libros en buen estado.

La pregunta es,¿ usted cómo resuelve eso de manera escalable?¿ Qué hicimos nosotros?

Le dijimos a una empresa de domicilios, de pizzas, que nos uniéramos y que cada vez que alguien le pidiera una pizza, le preguntara a su cliente si en su casa tenía un libro en buen estado para una niña o un niño.

En menos de tres meses recogimos 35.000 libros usando una cadena logística que no era la nuestra y logramos cambiar la vida a miles de niños en Colombia.

Eso es precisamente la innovación y la disrupción.

Es juntar a los actores distintos de una manera rebelde para lograr que las cosas pasen.

Cuando uno piensa en el emprendimiento, cuando uno piensa en la innovación, sobre todo para un país como Colombia, tenemos que lograr hacer cosas distintas.

Por ejemplo, pagos por resultados.

Si una emprendedora, si un emprendedor trae una propuesta, una idea, debería traerla a la mesa y se debería pagar por eso.

Pero también existen soluciones de acción indirecta.

Por ejemplo, uno de los mecanismos que se ha encontrado en la India para bajar la extorsión y para bajar la criminalidad en barrios, adivinen qué es aumentar los niveles de crédito y de bancos para los más pobres.

Y no diría por qué, porque muchas veces estos gota a gota terminan extorsionando a las personas y viviendo mal y han innovado en la forma de resolver el problema con acción indirecta.

Esa Son dos mecanismos que son vitales para la innovación.

Disrupción a la hora de juntar los recursos y la segunda, acción indirecta.

Cuando pensamos en innovación tecnológica, rara vez Colombia aparece en nuestra mente.

Nuestro país tiene una historia fascinante de inventos y desarrollos que han impactado al mundo de maneras que quizás no se han imaginado.

Uno de los grandes inventos colombianos ha sido la válvula de Hakim.

diseñada por el médico colombiano Salomón Jaquín en 1965, que revolucionó el tratamiento de la hidrocefalia, una condición en la que se acumula líquido en el cerebro y aumenta la presión.

Este dispositivo funciona como una especie de llave de paso que regula cuánta cantidad de líquido cefalorraquídeo puede salir del cerebro y viaja por un tubo hacia otra parte del cuerpo, generalmente el abdomen, donde este líquido se absorbe sin problema.

Pero quizás el invento colombiano más importante sucedió antes.

En 1958, cuando el médico Alberto Bejarano Laverde y el ingeniero Jorge Reynolds crearon el marcapasos externo.

Inicialmente, este dispositivo pesaba 45 kilos y funcionaba con una batería de carro de 12 voltios, que hoy ha evolucionado hasta ser del tamaño de una caja de fósforos y ha aliviado la necesidad de más de 48 millones de personas alrededor del mundo.

La capacidad inventiva colombiana no ha parado ahí.

En tiempos más recientes, un grupo de estudiantes de la Universidad EAFID creó Primavera, el primer vehículo solar colombiano, con más de 1.600 celdas solares, que es capaz de desplazarse a una velocidad promedio de 100 km por hora y que ahorra hasta un 70% de energía por su diseño aerodinámico.

Y más recientemente, un invento colombiano fue reconocido en la prestigiosa revista Time, de los 200 inventos más importantes de 2024.

Se trata de Filter Caps, un filtro de agua desarrollado en colaboración por Baylor International Filtra Water, la Cruz Roja Colombiana y Ogilvy Colombia, que convierte agua no tratada en líquido seguro y fue diseñado para combatir la desnutrición y la falta de acceso al agua limpia en zonas como la Guajira y el Chocó.

Pero,¿ qué tan prolífico es Colombia realmente en términos de innovación?

La paradoja colombiana es brutal.

Somos un país que ha dado al mundo inventos que salvan millones de vidas, pero en 2025 cayó al puesto 71 del 139 en el Índice Mundial de Innovación, luego de perder 10 posiciones en un solo año.

Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, en 2021 en el país se presentaron 432 solicitudes de patentes de por parte de residentes colombianos, representando un aumento del 19% con respecto al año anterior.

En 2022 se registraron 3.214 patentes internacionales e internacionales, una cifra que batió récord del país en el registro de patentes.¿ A qué se debe esta caída tan dramática en los niveles de innovación en Colombia?

Detrás de la inquietud a Santiago Amador, gerente de Ágata, agencia de analítica de datos e inteligencia artificial.

Si bien Colombia ha hecho un esfuerzo por mejorar los inputs de la innovación, por ejemplo la importación de tecnología, en lo que el país es muy bueno, no hemos logrado como otras economías traducir eso en indicadores de valor o en productos o outputs concretos que el mundo valore.

En ese sentido, parte de lo que explica el por qué ocupamos el puesto 71...

Es el pobre desempeño de nuestro ecosistema en indicadores como el de activos intangibles, es decir, patentes, formación altamente especializada, donde estamos cerca del puesto 100.

Y de igual manera en indicadores como la exportación de tecnología y la exportación de servicios TIC, donde estamos por debajo del puesto 130 entre 139 economías.

En resumen, siento que nos estamos esforzando, pero no somos capaces de traducir ese esfuerzo en productos tangibles en la última etapa de la cadena.

Para explicar esto, y esto es una opinión, creo que la causa de esto es, por un lado, la baja inversión del sector privado en investigación y en desarrollo, donde la cifra es alrededor del 0.1% del PIB.

Y por otro lado, la falta de una política pública integral y articulada del gobierno nacional.

Seamos sinceros, hoy en día el MINTIC, el Ministerio de Educación, MINCiencias y el Desgastado Impulsa no parecen tener una estrategia coordinada y coherente encaminada a generar productos tranquilos de innovación.

Así las cosas, si no nos ponemos las pilas, seguiremos bajando porque otros países ya se están pellizcando.

Esto me contó Juanita Rodríguez Catá, Country Manager de Bitso en Colombia.

Yo resaltaría que pese a los esfuerzos de varios sectores, aún no hay una buena articulación en el ecosistema de innovación colombiana.

Por una parte, casi nunca usamos las patentes que protegemos, es decir, echamos a andar todo un proceso para proteger una invención que no tiene una hoja de ruta clara para usar en el mercado o un caso de uso real.

Y esto sucede un poco porque...

la conexión universidad-empresa-Estado no es lo suficientemente consistente.

No estamos en las universidades siempre haciendo investigación aplicada a resolver problemas concretos de las empresas.

Y vemos mucho que la academia obviamente es la que más saca patentes en Colombia.

Yo creo que tiene un número muy importante, más o menos el 40% de las patentes en el 2024, 98 de las 239 patentes que se sacaron en el país y no tienen justamente esta conexión y creo que es fundamental trabajar un poco más para eso pero para trabajar en esa línea tenemos que tener incentivos más claros y tiene que haber una claridad mayor en las políticas públicas que buscan promover la innovación en el país y Y eso no está del todo claro.

No sabemos usar las deducciones tributarias que puedan fomentar investigación.

Estamos viendo cómo las convocatorias de minciencias se van aplazando y demorando un poco.

Y esto frena la ejecución de muchísimos proyectos.

Y finalmente también hemos visto cómo ha bajado muchísimo las inversiones públicas orientadas a fortalecer el capital humano que necesitamos para sacar adelante estos proyectos en Colombia.

Hay

otro dato no menor.

en el número de patentes registradas en el país.

Y es que buena parte de ellas son registradas por empresas o personas extranjeras.

Según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, en el año 2024 se concedieron 893 patentes en el país.

Esto contrasta con otro dato de la superintendencia que indica que de esas, solo 239 fueron concedidas a organizaciones o personas colombianas.

Esto muestra un desequilibrio importante.

Muchas más solicitudes y patentes concedidas corresponden a entidades que no son colombianas, lo que sugiere que gran parte de la protección intelectual en Colombia está siendo utilizada por actores externos.

De acuerdo con un informe reciente del IP Help Desk Europeo, basado en datos de la Superintendencia de Industria y Comercio, entre enero y abril de 2025, solo 56 de las 594 solicitudes de patentes vinieron de residentes colombianos, es decir, apenas un 9% fueron locales.

mientras que el 91% vinieron de afuera.

Este dato refleja una barrera estructural importante en el proceso local de innovación.

Muchas ideas colombianas no se traducen en patentes y muchas patentes en Colombia son de empresas o personas extranjeras, lo que puede limitar la apropiación del valor local.

Por otro lado, Colombia muestra un rostro complejo en el índice global de innovación.

Por un lado, evidencia un progreso real, pero por otro enfrenta desafíos persistentes para consolidar este impulso.

Como contaba hace unos minutos, en el informe más reciente de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual, Colombia quedó en el puesto 71 de 139 economías, lo que supone una caída respecto a años anteriores.

Algo muy llamativo es que, aunque no invierte tanto como algunas otras economías que son más ricas, logra generar más resultados innovadores de los que cabría esperar.

Sus resultados, como patentes, tecnología y el valor de algunas empresas, están relativamente por encima de de sus inputs, los recursos dedicados a la innovación.

Desde la perspectiva latinoamericana, Colombia se mantiene como uno de los más destacados, ocupa el quinto lugar entre los países de América Latina y el Caribe y es decimoctavo entre las naciones de ingreso medio-alto, según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.

Según le dijo al diario El Tiempo Alejandro Laya, gerente de innovación y emprendimiento de la ANDI, este resultado muestra una desmejora estructural, abro comillas, Es el reflejo del deterioro que tenemos en el ecosistema de innovación por falta de políticas públicas.

Se redujeron drásticamente las deducciones tributarias para inversiones en investigación.

La reducción dramática del presupuesto de minciencias ha caído casi un 80% en los últimos tres años y eso se ve reflejado en esa poca producción de nuevo conocimiento, artículos científicos y patentes.¿ Qué significa para un país que gran parte de las patentes registradas en su territorio no surjan de su propia comunidad científica o empresarial?

Esto me contó Mauricio Hoyos, CEO de Cencia.

Significa que cada vez vamos a ir más lentos, que cada día la brecha entre países desarrollados y nosotros va a ser más amplia, que poco o nada estamos invirtiendo en esos talentos extraordinarios que son capaces de ver las cosas de una forma distinta y que claramente nos dan ciertas ventajas competitivas cuando pensamos en competir.

con la comunidad internacional.

El hecho de que seamos, en el buen sentido de la palabra, un copycat, es decir, que no estemos tratando de generar nuestro propio conocimiento, sino por el contrario, de implementar conocimiento generado por otros países para, en muchos casos, inclusive solamente comercializarlo en los nuestros, pues quedamos casi que a la merced de para donde nos van guiando.

Y a mí esto me preocupa de fondo porque en una época en donde la inteligencia artificial se volvió ese gran habilitador para poder generar a través del conocimiento global, sacar soluciones distintas, pues que nos empecemos a rezar como país a la velocidad que estamos yendo a nivel mundial, pues es gravísimo.

Eso confirma muchas teorías, pero la más importante es que no nos estamos acercando a a ser un país desarrollado, no nos estamos acercando a poder generar una economía, un desarrollo social que permita una mayor equidad, que permita obviamente que el país avance de una forma más eficiente, sino muy por el contrario.

Esto quiere decir que cada día vamos a ser más dependientes de los desarrollos que desarrollen otros países y que una vez los implementemos nosotros, pues vamos a estar atrás en el tiempo.

Entonces siempre vamos a estar alcanzando a los demás.

Los datos históricos sobre innovación y desarrollo en el país muestran una tendencia preocupante.

El puntaje de innovación ha ido bajando.

Esto tiene varias explicaciones, así que como es usual, vamos por partes.

Según el reporte sobre el panorama general de la propiedad intelectual en Colombia IP Helpdesk desde 2022 hasta 2025, El sistema de propiedad intelectual en Colombia ha vivido cambios importantes, no solamente en normas, sino también en cómo operan las instituciones.

Y eso ha generado incertidumbre entre inventores, empresas y quienes invierten en innovación.

Pero quizás el motivo más importante para el retraso en investigación y desarrollo del país, como casi siempre, es la plata o la falta de ella.

La participación promedio del sector de ciencia, tecnología e innovación en el presupuesto general de la nación Entre los años 2005 y 2022 había sido apenas de 0,04% del PIB.

Y si pensaba que eso ya era un número bajo, pues en el gobierno del presidente Petro la cifra disminuyó al 0,03% en el 2023 y a 0,02% en el 2024.

Esto ubica al país muy por debajo de los estándares internacionales y de las recomendaciones de los expertos.

La situación aumenta.

del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, que se creó en enero de 2020 con la promesa de impulsar el desarrollo científico del país y modernizarlo, es crítica.

Según el anteproyecto del Presupuesto General de la Nación para 2026, MinCiencia va a recibir solo 120.709 millones de pesos, lo que representa una reducción de 24% comparado con el año anterior.

La inversión en ciencia del presupuesto nacional para el próximo año marca el punto más bajo de los últimos 25 años, incluso desde los tiempos en que esta entidad se llamaba Conciencias.

Este porcentaje de inversión no solo está por debajo del promedio regional, sino que en Sudamérica solo superamos a Paraguay.

Mientras tanto, los países de la OCDE invierten en promedio 2,7% de su PIB y algunos llegan hasta el 6% en investigación y desarrollo tecnológico.

En América Latina, muchas economías invierten muy poco en investigación y desarrollo en comparación con los estándares globales.

La brecha entre Colombia, Latinoamérica y países del primer mundo es bastante marcada.

De acuerdo con un documento hecho por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, para la cuarta reunión de la conferencia, la brecha es estructural.

Estados Unidos, la Unión Europea, los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE y China invierten el equivalente a más de 2% de su PIB.

La cifra asciende a 3% en Estados Unidos y supera el 4% en la República de Corea.

En América Latina y el Caribe, el gasto en investigación y desarrollo como porcentaje del PIB es aproximadamente cuatro veces menor y se redujo del 0,7% en 2015 al 0,6% en 2021.

Además, la mayoría de la financiación para gastos de investigación y desarrollo en los países de América Latina y el Caribe, proviene del Estado y es gestionada principalmente por el sector académico, a diferencia de los países más desarrollados, donde las empresas son las principales financiadoras y encargadas de la ejecución del gasto.¿ Cuáles son los retos que tiene la educación para sacar adelante la investigación y el desarrollo en el país?

Esto me respondió Víctor Saavedra, director de la Agencia Distrital para la Educación Superior, la Ciencia y la Tecnología, Atenea.

En Colombia tenemos muchos retos a nivel educativo y de ciencia.

Los dos están muy relacionados.

Las universidades y centros de investigación afilados en universidades son fundamentales para el ecosistema de ciencia.

En cuanto a ciencia, tecnología e innovación, creo que hay cinco retos principales.

El primero, recursos.

Tenemos que aumentar los recursos del Fondo de Ciencia y Tecnología de Regalías, ejecutar los mejores rezagos, cercarnos a los dos años en la ejecución de los fondos y cuestionamientos alrededor de la pertinencia de las convocatorias que se están abriendo.

En segundo lugar, tenemos que madurar una lógica de evolución de proyectos, de maduración de proyectos.

La investigación surge de una idea y finalmente tiene que ser aplicada.

Es decir, el proceso toma muchos años y tenemos que tener un inventario de todos los proyectos a lo largo del tiempo buscando que se maduren, que las ideas concluyan en implementación.

El tercer reto que tenemos es la creación de ecosistemas científicos robustos.¿ En qué tenemos potencial?¿ Qué deberíamos estar investigando?

Y eso debería tener una respuesta a nivel territorial.

En el caso de Bogotá, las principales apuestas son investigación en bioeconomía, investigación en salud, en economía circular y sostenibilidad y la aplicación de inteligencia artificial.

Por eso desde la Agencia Atenea de la Alcaldía de Bogotá estamos financiando proyectos y buscando financiación adicional para fortalecer esos ecosistemas.

En inteligencia artificial estamos financiando proyectos Tres proyectos con las universidades de los Andes, Nacional, Distrital, Javeriana, una lógica en red de implementación.

Y finalmente hay que fortalecer el emprendimiento de base científica y tecnológica.

Eso quiere decir que los desarrollos de los centros de investigación debemos buscar que sean la creación de nuevas empresas.

spin-offs que surjan de las universidades, emprendimientos de investigadores y emprendedores en la ciudad o emprendedores que quieran encontrar soluciones tecnológicas.

Por eso estamos haciendo un modelo de aceleración para startups de base científica y tecnológica que se llama 2600 Llega Alto en el marco del nuevo Distrito de Innovación de la Ciudad de Bogotá 2600.

Y en este punto usted se preguntará,

Si hay una reducción de la inversión del Estado,¿ cómo se financia la investigación y el desarrollo en el país?

Como ya les conté, el Estado cada vez invierte menos en financiar investigación y desarrollo.

Y en países en los que el desarrollo se costea casi que enteramente con fondos públicos, como es el caso de Colombia, eso es una mala noticia.

De acuerdo con un artículo publicado en el periódico de la Universidad Nacional, esto se traduce en un círculo peligroso.

Muchos científicos e investigadores tienen ideas y proyectos, pero no encuentran el oxígeno económico para desarrollarlos.

Y por otro lado, el aporte del sector privado ha sido modesto.

De acuerdo con el artículo del investigador Camilo Yunes Velosa, la única fuente real de capital de riesgo para ciencia altamente innovadora es prácticamente inexistente y que el ecosistema empresarial aún no está suficientemente conectado con la investigación para invertir en ideas arriesgadas.

Ya hay datos que respaldan esto.

Según reportó la OCDE en un documento sobre estudios económicos en Colombia, más del 80% de las empresas nunca invierten en investigación y desarrollo.

Y de acuerdo con el informe de indicadores del Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología de 2023, en 2022 un poco más del 50% de la financiación en investigación y desarrollo provino del sector privado.

La inversión total en investigación y desarrollo en Colombia, es decir, La financiación pública, privada y de cooperación internacional es limitada.

Según el Departamento Nacional de Planeación, en Colombia todo el dinero que se destina a investigación y desarrollo equivale apenas al 0,21% del tamaño total de la economía.

Por este panorama es que muchos emprendedores o desarrolladores tienen que buscar financiación en otros sectores.

Este es el caso de Lorena Valencia, que a pesar de lo difícil de encontrar financiamiento para innovación y desarrollo en el país, tiene seis patentes propias, 170 compartidas, ya ha desarrollado 150 invenciones y dispositivos que están actualmente en el mercado.

Su primera patente fue un laboratorio portátil diseñado para facilitar trasplantes mediante una técnica que permite combinar material genético de dos individuos distintos.

Más adelante, Cuando empezó el confinamiento por la pandemia, desarrollaron un robot capaz de eliminar en pocos minutos hongos, virus y bacterias, incluida la COVID-19 y todas sus variantes, usando luz ultravioleta de última generación.

Este dispositivo llamado DID tiene una efectividad del 99,9%.

Se fabrica en Colombia y se vende en países como Estados Unidos, Panamá, Perú y Chile.

También crearon un cultivador hidropónico automatizado.

un sistema inteligente que permite cultivar hasta 40 plantas para consumo humano.

En 2023, la empresa fue reconocida como la PyME más innovadora del país en el ranking de innovación empresarial de la ANDI y su CEO, Lorena Valencia, entró a la lista de los 100 innovadores de Latinoamérica elaborada por Bloomberg Linea.

Lorena me contó que aproximadamente el 95% de la tecnología en el país se importa, lo que pone en riesgo un concepto muy interesante que le oí, soberanía tecnológica, es decir, la capacidad de un país para desarrollar, controlar y decidir sobre las tecnologías que necesita sin depender por completo de otros.

Y en un mundo en que la tecnología está en todos lados, no tener soberanía es un riesgo alto.

Por todo esto busqué a Lorena Valencia, CEO y cofundadora de Octopus Force, y le pregunté¿ Cuál es el riesgo de no tener soberanía tecnológica?

Esto me contó.

El riesgo de no tener soberanía tecnológica en Colombia es realmente preocupante, especialmente cuando pensamos en la necesidad de desarrollar nuestra propia maquinaria o nuestros propios productos.

Tener repuestos disponibles localmente y contar con personal capacitado para mantener y reparar los equipos cuando estos sean necesarios.

Esto lo vi de cerca cuando me contrataron para revisar una máquina procesadora de alimentos que no estaba funcionando bien.

La máquina era importada de China y el servicio técnico era tan caro que no se podía acceder fácilmente.

Después de revisar el equipo, descubrí que el problema era que la máquina estaba diseñada para un voltaje más alto que el que tenemos en Colombia, lo que impedía que funcionara correctamente.

Y así muchas otras cosas también que salieron en el diagnóstico.

Pero si no tenemos la capacidad ni siquiera de saber qué contratar o qué comprar o al menos cómo mantener lo que tenemos, va a ser muy difícil que podamos innovar tecnológicamente o podamos innovar en productos.

Este tipo de situaciones nos muestra lo importante que es que Colombia invierta en crear su propia tecnología, desde las máquinas hasta los repuestos, la formación de los técnicos, que puedan mantener y arreglar los equipos.

Y si seguimos dependiendo de importar todo, no solo vamos a gastar más, el dinero sale de nuestro país, sino que también nos quedamos sin la capacidad de resolver nuestros propios problemas.

Es fundamental que Colombia empiece a generar más autonomía en este aspecto.

Al hacerlo no solo reduciríamos costos, sino que también crearíamos más empleos y fortaleceríamos la economía.

Esto no solamente es de los empleos, sino también de la creación de nuevas empresas y de nuevas líneas de negocio.

Sin soberanía tecnológica la dependencia externa nos hace más vulnerables y menos competitivos.

Colombia vive hoy

una contradicción muy potente.

Tiene historias de innovación brillantes como el marcapasos de Reynolds, los autos solares estudiantiles, empresas tecnológicas tipo Rapio o emprendedores de la innovación como Lorena, pero su sistema de ciencia todavía tiene muchas debilidades estructurales como la baja inversión en investigación y desarrollo, procesos lentos para proteger propiedad intelectual y desequilibrios regionales.

La inventiva humana no tiene que ver con las imágenes internas más fuertes o más débiles.

viene de que pensemos de maneras distintas y aún así intentemos resolver los mismos problemas.

Esa diversidad es la que ha sostenido la continuidad de los inventos desde la prehistoria hasta hoy.

Ya que la falta de imaginación e inventiva no es el problema, ojalá podamos solucionar el de la inversión.

Soy Roberto Pombo y este fue el capítulo 168 de Mis Preguntas.

Nos vemos en el próximo capítulo.

A partir de este momento, este capítulo de Mis Preguntas queda disponible en todas las plataformas de podcast.

Este episodio fue posible gracias a CAFAM, aliado estratégico en el crecimiento de más de 40.000 empresas en Colombia.

Dirección, Roberto Pombo.

Asesor editorial, Daniel Sanpero Espina.

Producción, Juan Abel Gutiérrez y Johnny Rodríguez.

Guiones, Juan Abel Gutiérrez y Johnny Rodríguez.

Postproducción de audio, Iván Ayala.