Navigated to ¿En qué creer en tiempos de posverdad y desinformación? - Transcript

¿En qué creer en tiempos de posverdad y desinformación?

Episode Transcript

Speaker 2

Soy Roberto Pombo.

Bienvenidos a Mis Preguntas, un programa de Prisa Media patrocinado por CAFAM, aliado estratégico en el crecimiento de más de 40 mil empresas en Colombia.¿ En qué creer en tiempos de posverdad y desinformación?

El mundo atraviesa un momento crítico de desinformación.

Aunque cada vez hay más acceso a la información, la posverdad y el negacionismo tienen un papel cada vez más importante en el debate público.¿ Qué tan grande va a ser la influencia de la posverdad y la desinformación en la actual campaña política?

Para este capítulo hablamos con Juan Esteban Lewin, redactor en jefe de El País América Colombia, con el escritor Juan Esteban Constaín, con Juanita León, directora de La Silla Vacía, con Catalina Botero, abogada y exrelatora especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y con el filósofo Tomás Molina.

Soy Roberto Pombo y este es el capítulo 163 de Mis Preguntas.

Bienvenidos.

La idea del fin del mundo, de la extinción de la humanidad, del final de todos los tiempos, es muy vieja y ha sido imaginada de muchas formas.

Ya van varias veces que según las visiones, revelaciones y profecías de muchos, el apocalipsis tuvo que haber pasado.

En el 2000, cuando con el fin del milenio traería también el fin del mundo y el terror informático del Y2K.

Luego vino la profecía del calendario maya en 2012.

que decía que ese año marcaba el fin de un ciclo importante para la humanidad luego de 5125 años que muchos interpretaron como el fin de la humanidad.

Pero hace poco me topé con una nueva versión conocida como el rapto.

En junio de 2024, el pastor surafricano Joshua Mlakela dio una entrevista afirmando que Jesús le dijo muy alto y claro que regresaría el 23 y 24 de septiembre de este año.

La profecía se viralizó en TikTok en el hashtag Rapture Talk.

Speaker 3

En tres semanas, hijo de Dios, verás a tu Dios, a Jesucristo, frente a ti.

El

Speaker 2

pastor Blaquel dijo en ese video que subió el 1 de septiembre que la venida de Cristo estaba ya agendada y que era 100% segura que sucedería en tres semanas cuando todos veríamos a Dios.

Muchas personas creyentes vendieron sus carros, compraron Biblias para los amigos y pidieron días libres para estar con sus familias.

El tema se volvió tendencia en TikTok.

Y miles de usuarios creyentes en la teoría publicaron videos dando consejos para quienes dejarían el planeta y ascenderían a conocer a Dios.

Como no hacer planes para el fin de semana, dejar el celular desbloqueado y las contraseñas accesibles para los que se queden atrás y no cerrar con llave la casa ni el carro.

De ser posible, dejar las llaves a la mano.

Y como en las demás teorías del fin del mundo, y como efectivamente vimos, Jesucristo no regresó y no pasó nada de lo que profetizó.

El pastor Mlaquela justificó su error diciendo que había usado el calendario juliano en lugar del gregoriano y estableció una nueva fecha, el 7 u 8 de octubre, afirmando estar mil millones por ciento seguro.

Pero, de nuevo, la profecía falló y muchos creyentes vendieron o regalaron sus pertenencias.

salió mal

Speaker 4

salió mal

Speaker 2

Y aunque nos parezca que las personas que creyeron en el pastor Mlaquela fueron ingenuas y crédulas por creer en una historia tan manida, la desinformación, las noticias falsas y la posverdad están presentes en el día a día de millones de personas.

Los videos falsos generados con inteligencia artificial están en todas partes.

Campañas de desinformación en redes a cargo de bodegas digitales y la desconfianza en instituciones hace que el panorama no sea mejor que el de los creyentes en el rapto.

En 2016, año en el que ganó el Brexit y de la primera victoria electoral de Donald Trump, el diccionario Oxford eligió post-verdad, del inglés post-truth, como la palabra del año y la definió como un escenario en el que, abro comillas, los hechos sólidos y objetivos influyen menos en la opinión pública que las emociones y las creencias personales.

Cierro comillas.

En el diccionario de la Real Academia Española se define como, abro comillas, distorsión deliberada de una realidad que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales.

Para el filósofo británico Anthony Grayling, un estudioso de este tema, el mundo cambió después de 2008 y la crisis financiera de ese año, como le dijo a la BBC del filósofo, así como creció la brecha entre ricos y pobres, también creció un profundo sentido de disconformidad en la clase media, que es el grupo que ha enfrentado un gran estancamiento en sus ingresos.

Esto abrió la puerta, sin querer, a un tipo de política en la que la evidencia y los datos ya no parecen ser necesarios para dar argumentos.

Las opiniones y las emociones sobre los hechos comenzaron a tener más peso que los hechos mismos.

Si todavía no le queda claro qué es la posverdad, permítame darle unos ejemplos reales.

En 2016, en plena campaña del referéndum para que el Reino Unido saliera de la Unión Europea, los promotores del Sí usaron el argumento de que el Reino Unido inyectaba 350 millones de libras semanales a la Unión Europea, dinero que se podría usar para el sistema de salud británico.

Y aunque esta cifra era falsa, se repitió tanto que influyó en el resultado.

Apelaba a la emoción, recuperemos nuestro dinero, más que a los datos económicos reales.

Y otro ejemplo más local es el que se dio en el marco del previsito por la paz cuando circuló la falsa Ley Roy Barreras que supuestamente obligaba a los pensionados a aportar el 7% de su pensión para financiar la reintegración de los guerrilleros.

Las cadenas con este tipo de desinformación se distribuyeron masivamente y en medios como WhatsApp.

Y, como ya vimos, nunca pasó.

Hace poco, en un conversatorio sobre este tema, en el Festival de las Ideas que organizó Prisa Media, Juan Esteban Lewin, redactor y jefe del País América-Colombia, dijo algo que me llamó la atención.

Vivimos una olgada de emocionalidad por todos lados y que puede verse en Trump, en el odio a los migrantes en Europa y en Estados Unidos.¿ Por qué las emociones y las creencias personales tienen ahora más influencia en la opinión pública que los hechos objetivos?

Escuchemos lo que me contó el propio Juan Esteban Lewin, redactor en jefe del país América-Colombia.

Speaker 4

Las emociones y las creencias personales tienen una influencia creciente en la opinión pública y mayor cada vez más que los análisis o pesados que los hechos concretos y demás.

Por una suma de dos factores que se retroalimentan.

De un lado hay una crisis de la confianza en los estados y por lo tanto los sistemas de gobierno democráticos que han sido los más utilizados.

usuales y sobre todo los más defendidos en las últimas tres décadas, digamos desde la caída del muro de Berlín y de la Unión Soviética.

Eso se nota en encuestas como la Ipsos Global sobre el síndrome y sensación de sistema roto que se puede encontrar en Internet.

Esa falta de confianza lleva a que la gente no crea tanto en aquello que dicen medios de comunicación o centros de estudio y de más y en cambio se refugian en sus emociones.

Y eso se ve reforzado por el segundo elemento, que es la omnipresencia de Internet y sobre todo las redes sociales.

La necesidad y tendencia a estar permanentemente conectados y por lo tanto a encontrar, a encontrar y buscar, porque los algoritmos llevan a eso ideas, posiciones, personajes que nos confortan, que nos refuerzan.

esos prejuicios y esas emociones y creencias que tenemos de manera previa a las cosas.

Entonces, falta de confianza en general en las instituciones y reforzamiento de redes en las que se refuerzan esas creencias previas, digamos, de todas las personas son las que producen ese efecto.

Speaker 2

Crear relatos basados en la emoción y no en datos o en hechos no es algo nuevo ni que comenzó en 2016, cuando la palabra fue incluida en los diccionarios.

Es un fenómeno viejo y su existencia tiene varios motivos.

El artículo, más allá de la desinformación, comprender y afrontar la era de la posverdad, publicado en la revista de investigación aplicada en memoria y cognición, dice que en el mundo la posverdad surgió como resultado de megatendencias sociales como el declive del capital social, el aumento de desigualdad económica, la polarización creciente, la caída de la confianza.

confianza en la ciencia y la fragmentación mediática.

Los autores de la investigación explican que la desinformación no es un accidente, sino el reflejo de cambios estructurales en el sistema mediático, la política y la cultura digital.

La difusión masiva de información falsa se ha vuelto posible gracias a la fragmentación del espacio mediático y a la pérdida de confianza en las instituciones.

Esta investigación académica muestra algo muy interesante que llamaron el efecto de influencia continua, que muestra que la información incorrecta sigue influyendo en la memoria y el razonamiento aún después de haber sido corregida.

El problema, explican los autores, no es sólo que la gente crea cosas falsas, sino que las correcciones raramente eliminan completamente el impacto del error inicial.

Según los autores, la desinformación se vuelve más efectiva cuando las personas reciben los hechos a través del filtro de sus identidades políticas y morales, que es casi siempre, en el caso de un país polarizado como Colombia.

Además, el estudio sostiene que la posverdad no es una simple acumulación de errores, sino un sistema de comunicación donde la verdad pierde centralidad.

Abro comillas.

En la era de la posverdad, la desinformación ya no necesita ser creída para ser eficaz.

Basta con que genere duda y desconfianza generalizadas.

Cierro comillas, dice el documento.

El artículo cierra con una advertencia.

La posverdad no va a desaparecer por sí sola.

Se requiere acción colectiva y una ciudadanía crítica que valore la evidencia por encima de la emoción.

Según la profesora de teoría política de la Universidad Autónoma de Madrid, Marian Martínez Bascuñán, abro comillas.

Ya no pensamos, nos alineamos, no argumentamos, compartimos, no dudamos, confirmamos.

Mentir de manera indiscriminada ya no tiene como objetivo hacer que las personas crean en una mentira específica, sino hacer que nadie crea en nada en absoluto.

Cierro comillas.

Parece que ya no existe una verdad única, sino interpretaciones de hechos y la disputa sobre la verdad se ha convertido en una batalla de símbolos y emociones para confirmar sesgos.

Y como dice la profesora Martínez Bascuñán, en esta colisión entre un pueblo que ya no cree y unas élites que ya no escuchan, la verdad misma se ha vuelto irrelevante.

Como la posverdad no responde a hechos sino a emociones, es posible contrarrestar su efecto o ya no hay marcha atrás.

Le trasladé la inquietud al escritor Juan Esteban Constaín y esto me dijo.

Speaker 5

En la historia ha habido siempre distintas formas de distorsión masiva y deliberada de la realidad.

Eso es lo que llamamos desde hace un tiempo la posverdad, una idea arbitraria y caprichosa del mundo que coincide solo con los prejuicios, las obsesiones y los delirios de quien la impone.

El problema de nuestro tiempo es que ese discurso arbitrario arraiga y prospera y circula en las redes sociales.

Ese asidero del que se pegan tantos para sentirse legitimados y para sentir también que sus opiniones son las únicas válidas y las únicas ciertas.

Por supuesto que la realidad es Es un concepto filosófico muy complejo.

La humanidad lleva milenios tratando de definirlo y resolverlo.

Pero la realidad es también un consenso, una especie de pacto colectivo por fuera del cual están la insensatez y la locura.

El gran drama, la gran tragedia de nuestra época es que se acabó, se abolió el consenso de la realidad y las consecuencias políticas de ese hecho son devastadoras.

Speaker 2

Todo en la posverdad es muy preocupante.

Que se cambien hechos por interpretaciones de emociones o datos por emociones, pero quizás uno de los aspectos más insidiosos se da cuando son las mismas instituciones o personas en el poder quienes se encargan de diseminar falsedades.

Ejemplos sobran en Colombia y en el mundo.

En el plano mundial, por ejemplo, puedo citar cuando en 2017 la consejera del gobierno de Estados Unidos, Kellyanne Conway, dijo en una entrevista que el secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, no había dado datos falsos, sino hechos alternativos.

Dicen que es una falsedad y están dando a Sean Spicer,

Speaker 6

nuestro secretario de prensa, Alternative facts to that, but the

Speaker 7

point remains...

Alternative facts, four of the five facts he uttered were just not true.

Look, alternative facts are not facts.

Speaker 2

pocos terrenos tan emocionales como la política y quizás por eso es terreno fértil para la posverdad y la desinformación.

Y en Colombia lo hemos vivido bastante en carne propia.

De hecho, hay una investigación hecha por investigadores de la Universidad de La Sabana sobre este tema muy interesante que analiza cómo la desinformación tuvo un rol de manipulación en las elecciones presidenciales de 2022 y específicamente la segunda vuelta entre Gustavo Petro y Rodolfo Hernández.

Los investigadores analizaron 152 mensajes verificados como falsos entre enero y junio de 2022.

El formato más utilizado fue el texto, seguido de combinaciones imagen-texto, precisamente porque son fáciles de crear y distribuir sin necesidad de conocimientos técnicos avanzados.

Según el análisis, más del 50% de los contenidos fueron específicamente fabricados para engañar, mientras que el 38,2% utilizó la técnica de contexto falso, tomando hechos reales pero sacándolos de contexto o tergiversándolos.

Esta estrategia resulta especialmente peligrosa porque dificulta separar lo verdadero de lo falso.

El hallazgo más preocupante fue la orientación emocional de los mensajes.

El 59,2% de los contenidos analizados mostraron negatividad, siendo el 42,8% extremadamente negativos.

La falacia más utilizada fue la operación al miedo con el 23%, que representaba escenarios catastróficos si el candidato contrario ganaba, que Colombia se convertiría en Venezuela, que habría más violencia o que aumentarían los impuestos.

le siguieron el ataque personal indirecto con un 18,4%.

En la campaña actual ya se han visto varios procesos de desinformación, videos falsos hechos con inteligencia artificial, campañas de desinformación en las que se contratan bodegas para mover tendencias en redes sociales y muchas otras tácticas engañosas.

Con este antecedente,¿ qué tan grande va a ser la influencia de la posverdad y la desinformación en la actual campaña política?

Escuchemos lo que me contó Juanita León, directora de La Silla Vacía.

Speaker 8

Yo creo que en esta campaña va a haber varios candidatos de corte populista y un presidente que está interviniendo activamente en la campaña y que ya ha demostrado que no tiene ningún reparo en decir mentiras para avanzar su agenda política o para hacer un énfasis en su mensaje.

Va a ser inevitable que circulen grandes cantidades de desinformación con dos agravancias.

Uno, que va a ser la primera campaña donde el uso de inteligencia artificial va a estar mucho más democratizado, donde la gente pueda hacer videos muy fidedignos, poniendo a jefe.

a decir cosas que en realidad no dijo y por otro lado donde hay todo un ecosistema de influencers pagos que los pagan por avanzar un mensaje específico y que no necesariamente tienen que responder como a unos cánones de veracidad a los que los periodistas no siempre respetamos, pero a los que estamos obligados.

Ese cóctel de influencers, inteligencia artificial y candidatos populistas y un presidente que no tiene reparos en usar la desinformación, pues garantizan que vayamos a ver un nivel de desinformación alto en esta campaña.

Speaker 2

Hace varias semanas dediqué un capítulo a cómo la ciencia ha perdido influencia en el mundo.

Es el capítulo 152.

Se lo recomiendo.

Pues este sector ha sido uno de los más perjudicados con el avance de la posverdad en el mundo.

En las redes sociales...

Abundan los contenidos con teorías de conspiración sobre temas como la llegada del hombre a la luna, negacionistas de las vacunas y el calentamiento global, lo que es sumamente preocupante.

Avances científicos que le han tomado siglos a la humanidad de pronto son puestos en entredicho, no por pares científicos o con argumentos válidos, sino con conjeturas e historias inverosímiles.

Según el investigador del Tecnológico de Monterrey, Silverio García Lara, la evidencia científica está siendo desplazada por historias falsas que se vuelven virales porque conectan con los miedos, emociones o creencias de las personas.

Este problema no solo confunde a la gente, sino que pone en riesgo la salud, la economía, la democracia y hasta nuestra supervivencia como especie.

De acuerdo con García Lara, la posverdad en la ciencia se alimenta de tres mecanismos principales.

Primero, el sesgo de confirmación.

Aceptamos solo lo que confirma lo que ya creemos.

Segundo, los algoritmos de redes sociales.

Priorizan contenido que genera polémica y clics, aunque sea falso.

Tercero, la desconfianza hacia la ciencia.

Cuando la gente ve a los científicos como manipuladores o parte de una élite, recurre a explicaciones pseudocientíficas.

Speaker 9

Sabías que creamos nuestras propias enfermedades?

Sí, así como lo estás escuchando.

Inconscientemente, tu mente expresa las enfermedades para poder liberar una saturación energética que a nivel emocional tú creaste por un inadecuado manejo de tus emociones.

Speaker 2

Y es que un punto sensible que toca García Lara es el de Internet como una herramienta esencial para la difusión de campañas de desinformación.

Un documento publicado por la Fundación Carolina sobre las tecnologías digitales y las noticias falsas en América Latina analiza cómo las tecnologías digitales, que alguna vez se vieron como herramientas para democratizar la información, se han ido convirtiendo en medios de manipulación emocional, construcción simbólica y han ayudado a la erosión de la institucionalidad democrática.

La autora Gisela Pereira Doval explica que el fenómeno de la posverdad surge cuando los hechos pierden relevancia frente a las emociones y creencias personales.

En este contexto, las redes sociales actúan como vehículos privilegiados de la desinformación, amplifican noticias falsas, teorías conspirativas y narrativas que apelan al resentimiento y a la polarización.

De acuerdo con un artículo publicado en la revista Current Opinion in Psychology, redes sociales y plataformas como Facebook, YouTube o X usan algoritmos que les recomiendan contenidos similares y decidir cuáles son las publicaciones que van a ver primero los usuarios.

Estos algoritmos están diseñados para que los usuarios tengan más tiempo de uso, es decir, que pasen más tiempo dentro de la red social.

Para lograr esto, apelan a recomendar y priorizar contenido que provoque emociones fuertes, como miedo, indignación, sorpresa.

Y esto hace que contenidos con información falsa o distorsionada, que es la que apela al sentimiento y no a la evidencia científica, se propague y se comparte mucho más rápido.¿ Cómo funciona exactamente el sesgo de confirmación en el contexto de las redes sociales y por qué es tan difícil de contrarrestar?

Esto me explicó Catalina Botero, abogada y relatora especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Speaker 10

El cerebro humano tiene sesgos cognitivos y uno de esos sesgos es el llamado sesgo de confirmación.

El sesgo de confirmación es una tendencia que nos inclina subconscientemente a creer aquello que confirma, y por eso se llama sesgo de confirmación, nuestras creencias previas y a descartar o minimizar o incluso a despreciar toda la información que controvierte esas creencias o esas convicciones.

Y esto con independencia.

de que la otra información tenga más evidencia o esté basada en mejores razones.

Lo que hace el sesgo de confirmación, que es una especie de trampa mental, es que nos lleva a refugiarnos en nuestras propias convicciones porque sentimos placer en esa confirmación o porque tenemos pereza de pensar o muchas veces porque nos da miedo no tener la razón y las consecuencias de no tener la razón.

Entonces esos sesgos son realmente muy peligrosos porque son, otra vez, son trampas de la mente de las que se sirven con mucha destreza quienes quieren instrumentalizar a las personas para promover campañas de desinformación o teorías de la conspiración y que en muchos casos llevan a la gente a actuar contra su propio interés.

Y es muy difícil contrarrestarlos porque actúan de forma inconsciente y producen un placer inmediato y se refuerzan cada vez que nos rodeamos de personas que piensan como nosotros.

Y de ahí surgen las llamadas cámaras de eco en la esfera digital.

Superar ese sesgo de confirmación exige poner en práctica,

Speaker 7

yo

Speaker 10

diría que el atributo humano por excelencia, que es la razón humana, pero también exige ser capaz de oír con humildad y con atención puntos de vista contrarios y exige tener la valentía, el coraje de revisar nuestras propias convicciones a la luz de la mejor evidencia o a la luz de las mejores razones o a la luz de la consistencia y estar dispuestos a cambiar de opinión si alguien nos ofrece mejores razones.

Speaker 2

Otro problema que se suma a la lista es que mientras la posverdad y la desinformación avanzan, la desconfianza en las instituciones como los gobiernos y los medios de comunicación también.

De acuerdo con el Digital News Report, un informe anual sobre consumo de noticias en español hecho por el Instituto Reuters, cada vez más personas evitan leer noticias y los medios atraviesan una crisis económica.

Frente a esto, varios líderes del sector plantean que es hora de reconstruir la relación con las audiencias y unir esfuerzos entre medios.

El informe también encontró que en la mayoría de los países, los medios tradicionales luchan por conectar con gran parte del público y se registra baja confianza, conexión en declive y suscripciones digitales estancadas.

La muy rápida transición hacia el consumo de información en redes sociales y plataformas de video ha reducido el peso del periodismo tradicional y ha dado fuerza a un entorno mucho más disperso, lleno de creadores en podcast, YouTube y TikTok.

Y en muchos países, los políticos populistas evitan a la prensa formal y prefieren comunicarse a través de medios afines o de influencers que suelen tener acceso privilegiado, pero que casi nunca los cuestionan.

Algunos de ellos incluso difunden información falsa y manipulada.

Y según un estudio reciente publicado en Media and Journalism, que analizó a más de 27.000 personas en España, muestra cómo varían los hábitos de consumo y la confianza en las noticias según la edad.

Los jóvenes de 18 a 24 años usan más las redes sociales para informarse que otros grupos y aunque confían poco en ellas, su nivel de confianza sigue siendo mayor que el del resto de la población, 27% frente al 17%.

Pero la desconfianza no es sólo hacia los medios de comunicación, sino hacia las instituciones en general.

A principios de este año, la firma global de comunicaciones Edelman publicó su barómetro de confianza global y, entre muchos otros datos, encontró que Colombia está entre los países con mayor índice de desconfianza en las instituciones.

El más reciente panel de opinión hecha por la firma Cifras y Conceptos revela que la confianza en instituciones como la Presidencia de la República, el Congreso, el Consejo Nacional Electoral es más bien baja.

En el caso de la Presidencia, este es uno de los puntos de confianza más bajos registrados desde el año 2021.

En esta paradoja del huevo y la gallina,¿ la ciudadanía desconfía de las instituciones por la posverdad o es al revés?

Y la posverdad ha crecido gracias a la creciente desconfianza en las instituciones.

Busqué al filósofo Tomás Molina para que me ayudara a descifrar el misterio y esto me dijo.

Speaker 11

Creo que a veces exageramos la diferencia entre nuestra época y las épocas pasadas.

Realmente siempre ha habido posverdad.

Los estados han manipulado los hechos según su conveniencia.

Siempre ha habido propaganda política.

La gente ha creído en distorsiones, en teorías de la conspiración.

Los romanos tenían teorías de la conspiración.

Los griegos utilizaban la propaganda para presentar derrotas como triunfos, como en el caso de las termópilas.

Nosotros intuitivamente creemos todavía hoy en día, 24 siglos después que los griegos triunfaron y resulta que no, que fue una gran derrota griega.

Entonces eso no es nada nuevo.

Lo que sí es nuevo es que durante el siglo XX hubo una cultura mediática mainstream en la radio y en la televisión que se vino a resquebrajar a principios de los 2000 y eso significó que las personas pudieron insertarse en nichos de interpretación del mundo.

cada vez más extremos.

Y eso es realmente lo que yo creo que llamamos hoy en día posverdantes.

Por ejemplo, con el tema de las vacunas, la gente se inserta en nichos en donde hay un gran escepticismo frente a las vacunas.

Trump presenta hechos alternativos, en 4chan hay hechos alternativos, etc.

Y los medios mainstream no tienen la suficiente fuerza para contrarrestar esas narrativas.

Y eso termina en una gran desconfianza frente a las instituciones políticas, justo porque ya no existe esa gran corriente, somos mucho más débil que antes.

Speaker 2

La era de la posverdad no es solo un síntoma de la desinformación, sino una señal de agotamiento de la confianza, en los medios, en la ciencia y en las instituciones democráticas.

Hoy, la verdad compite con narrativas diseñadas para emocionar más que para informar, y ese terreno, si no se recupera, se convierte en el caldo de cultivo del negacionismo y la polarización.

Las instituciones no pueden limitarse a desmentir noticias falsas, deben reconstruir vínculos con la ciudadanía a través de la transparencia, la rendición de cuentas y la comunicación basada en evidencia.

Solo así podremos evitar que la democracia quede a merced de las mentiras que más ruido hacen.

Soy Roberto Pombo y este fue el capítulo 163 de Mis Preguntas.

Nos vemos en el próximo capítulo.

A partir de este momento, este capítulo de Mis Preguntas queda disponible en todas las plataformas de podcast.

Este episodio fue posible gracias a CAFAM, aliado estratégico en el crecimiento de más de 40 mil empresas en Colombia.

Dirección, Roberto Pombo.

Asesor editorial, Daniel Sanpero Espina.

Producción, Juan Abel Gutiérrez y Johnny Rodríguez.

Guiones, Juan Abel Gutiérrez y Johnny Rodríguez.

Postproducción de audio, Iván Ayala.

Never lose your place, on any device

Create a free account to sync, back up, and get personal recommendations.