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Del río: la DANA
Episode Transcript
Bienvenidos a Bacteriófagos, un podcast de Emilcar FM, capítulo 210, del 28 de octubre de 2025.
Muy buenas, yo soy Carmela García y esto es Bacteriófagos, un podcast de curiosidades biológicas y actualidad científica para todos los públicos.
Hoy vengo en una situación complicada.
Cuando vi la fecha de este capítulo tenía muy claro que hoy tenía que ser un tal día como hoy, pero hay más cosas porque la vida ocurre en medio y la vida es complicada.
Pese a ello, como la vida tiene que avanzar, vamos a recordar qué pasó tal día como hoy, porque todas las vidas valen y hay que salvar todas las vidas posibles.
Tal día como hoy, hace justamente un año, empezaba un evento en el que íbamos a entender hasta qué punto podían llegar los efectos de una dana mal gestionada.
Y entendimos que para la naturaleza los humanos somos un organismo más y tenemos que cuidarnos nosotros.
Aunque realmente miento, tal día como hoy no éramos conscientes.
Del día más trágico hará un año mañana, pero es hoy el día en el que hace un año alguien tenía que haberse dado cuenta de lo que se venía encima.
Algunos lo vieron y tomaron medidas, otros no.
Porque sí, el evento empezó el día 28 de octubre, siendo el 29 y especialmente la noche del 29 al 30 el peor momento.
Lo que ocurrió lo sabemos todos.
Estoy segura de que incluso los que no estáis en España lo sabéis perfectamente.
El día 28 ya cayeron granizadas muy repentinas.
El día 29 a primera hora, la Agencia Estatal de Meteorología, la EMET, lanzaba los avisos rojos.
En algunos pueblos se habían tomado medidas unilaterales, incluso la universidad había decidido suspender las clases.
Pero para la mayor parte de la población valenciana no hubo aviso más allá del que decían en la previsión meteorológica de las noticias.
A lo largo del día 29 la Adana descargó.
Descargó en varios puntos, como lo hace una Adana, de una forma muy fuerte, muy rápida, muy breve.
Estaciones con medidas de más de 700 litros por metro cuadrado en un periodo muy breve de tiempo.
Esa cantidad de agua no hay sistema que la soporte.
Todo lo que pudiese desbordar iba a desbordar.
Desde el sistema de alcantarillado de las zonas urbanas a los ríos, pasando por, como lamentablemente sabemos, los barrancos.
Esto provocó el colapso en zonas en las que ni tan siquiera había llovido.
puesto que, una vez que desbordaron los barrancos, venía la riada.
Todo el agua bajaba hacia el mar a gran velocidad, inundando todo lo que se encontraba por el camino.
Carreteras, vías de tren, casas, comercios… Las emergencias estaban saturadas y no se podía acceder a aquellos lugares de los que estaban recibiendo las llamadas.
Y esta situación se alargó horas y, en algunos casos, se alargó días.
No se avisó a los vecinos.
Teniendo un sistema puesto a punto, no se envió el aviso.
La gente se desplazó a sus trabajos, a colegios, a hacer recados.
No sabían qué era lo que iba a ocurrir, aunque se había alertado de que el riesgo existía, pero no se trasladó a la población.
Eso llevó a que se comportasen como solían hacer en pequeñas inundaciones, intentando sacar sus coches de los garajes, intentando salvar sus pertenencias.
Nadie les dijo que se subiesen al piso más alto.
En las horas y los días siguientes a la riada, con unos servicios de emergencia desbordados y sin poder acceder, fueron muchos los casos de los vecinos que se ayudaron entre ellos.
Hay mucha gente que ha salvado su vida gracias a la ayuda de sus vecinos, pero hay mucha gente a la que no se le pudo salvar la vida.
Y sí, muchas vidas se podrían haber salvado si se hubiese enviado un aviso a primera hora de la mañana cuando la EMET advirtió de la posibilidad de lluvias muy fuertes, muy localizadas.
El sistema falló.
Y no nos vamos a poner aquí a señalar al culpable.
Pero sí, hay culpables y hay culpables que no están asumiendo sus responsabilidades.
Lo que sí vamos a hacer un año más tarde es explicar en qué consiste esto.
Una dana es una depresión aislada en niveles altos.
Es lo que los que tenemos recuerdos del siglo XX veníamos llamando una gota fría, que no es exactamente igual, porque ahora sabemos mucho mejor cómo funciona una dana, y por eso le damos ese nombre.
Si habéis visto las previsiones meteorológicas en España, alguna vez habréis visto la explicación gráfica.
En España tenemos unos grandes profesionales explicando esto en la tele.
Si vais a poner la tele solo 5 minutos al día, que sea para ver cómo se explica el tiempo, por favor.
A mí me gusta especialmente la explicación de televisión española, pero todas suelen explicar muy bien los fenómenos atmosféricos.
De palabra, una dana se forma cuando una masa de aire frío se queda atrapada.
Desciende sobre una masa de aire más cálido y queda eso, atrapada.
con aire más caliente arriba y calor abajo.
En el caso de España, el calor de abajo es el del Mediterráneo, que además con la humedad hace que puedan crecer una serie de nubes en ese aire atrapado, unas nubes muy densas, unas nubes que tienen un crecimiento vertical y que a su vez favorecen la aparición de tormentas eléctricas.
¿Esto ha ocurrido siempre?
Sí.
Es un fenómeno que era habitual a principios de otoño, pudiendo acumular más de 100 litros con relativa facilidad.
Lo que no ocurría era con tanta frecuencia, con tanta intensidad, tan lejos del mar, como está ocurriendo ahora.
Y está ocurriendo cada vez más.
La zona del Mediterráneo favorece mucho su aparición por el calor y la humedad, como decía antes.
Pero además, la orografía de esa zona favorece que se produzcan inundaciones.
y eso que llamamos riadas.
En el pasado, cuando esto ocurría, se inundaban los campos de cultivo.
Ahora la cosa es diferente, porque hemos construido casi encima de esos barrancos.
Hemos construido muy pegado a los ríos.
No hemos respetado el margen de zonas inundables.
Nos olvidamos del significado de la palabra rambla.
Una rambla es inundable, y deberíamos tener eso siempre presente.
En el momento en el que cae una gran cantidad de agua río arriba, ese agua va a bajar al río.
Si hay un barranco, ganará muchísima fuerza.
Si es una zona más plana, inundará hacia los lados todo lo que encuentre.
La Rambla se convertirá en un gran río.
Un río que además puede alcanzar bastante altura, como lamentablemente hemos visto.
La fuerza del agua va a arrastrar todo lo que se encuentra en su camino.
Mucha tierra, muchas piedras, pero también coches y también personas.
Por eso era fundamental alejar a la gente de los barrancos, los ríos y las ramblas.
Decía antes que no es la primera vez que tenemos fenómenos de este tipo, aunque cada vez sean más frecuentes.
Y esto es muy importante, porque deberíamos haber aprendido.
Y no aprendemos.
Si nos fuésemos mil años hacia atrás, probablemente cada pocos años tendríamos alguna gran riada.
Pero con que nos vayamos unos pocos años, nos sobra.
Podríamos irnos a finales del siglo XIX a Almería, con más de 100 muertos por una riada que dejó una gran destrucción.
Pero no tenemos a nadie vivo que nos la recuerde.
Pero hay otros eventos mucho más recientes que todavía recuerdan mucha gente.
El primero que quiero comentar, especialmente importante por su localización, fue la Gran Riada de Valencia en 1957.
Sí, en Valencia.
Si habéis visitado Valencia, habréis visto el gran parque que rodea el río.
Pues eso no fue siempre así.
Eso fue lo que se hizo a posteriori.
En el 57, Toda la ciudad se inundó al desbordar el río.
Hubo más de 80 muertos, y eso fue lo que llevó a una gran obra para desviar el río y llevarlo a su cauce actual.
El Turia no siempre había pasado por donde pasa.
Y pese a ser una gran obra, que además se conoce mundialmente como una de las mejores obras de ingeniería por lo bien planificada que está, hay que recordar que cuando el río lleva mucha agua, el río va a intentar volver a su cauce natural.
Por eso hay que dejarle mucho sitio.
Por eso ese gran parque que rodea el río, que está pensado como una zona inundable.
Por eso esperemos que el día que pueda localizarse una dana justo sobre la ciudad, descubramos que sí se dejó suficiente área inundable.
Pocos años después hubo otra situación parecida, en la zona del Vallés, el Bajo Llobregat, el Maresme.
En ese caso hubo muchos más muertos.
Fue en el año 62 y se estima que pudieron llegar a mil muertos.
Eran unos años muy complicados para España, una zona difícil, y nunca sabremos qué es lo que realmente ocurrió allí.
Aunque en la última década llevamos ya varias danas que han dejado decenas de muertos en la zona entre Valencia, Alicante y Murcia, hay un evento que a mí, por la edad y por ese momento, me dejó muy marcada.
que fue la riada del 7 de agosto del año 96, en Viescas, en Huesca.
Muchos la recordaréis, en el camping de las nieves.
Se había advertido del peligro, puesto que la intervención que se había realizado sobre el barranco iba en contra de cualquier criterio científico.
Incluso aquellos a los que el tema nos toca de lejos, nunca nos habría parecido razonable aquella construcción.
Se había insistido en ello.
Se habían producido inundaciones antes, pero se permitió construir aquel camping.
Y llegó aquel día.
Llovió mucho, un periodo muy breve de tiempo, y el barranco arrastró todo.
Y todo incluía el camping que había en su camino.
87 muertos y casi 200 heridos.
Los que pudieron contarlo empezaron una batalla judicial que se alargó 20 años.
Yo viví aquello con el miedo de pensar que tenía a mis primos en un camping en la zona.
y no sabíamos en cuál.
Eran tiempos inmóvil y fueron unas horas muy difíciles.
El azar hizo que no pudiesen entrar en las nieves porque estaba completo.
Hubo otras muchas personas que no pudieron decir lo mismo.
No puedo ni imaginarme lo que habrán pasado esas familias, ni toda la gente de Valencia, ni todos los otros afectados por riadas que se podrían haber evitado.
Me entristece y me enfada mucho.
En mi enfado algunos me dicen que es que no se puede hacer nada, que es la naturaleza.
No, esto no es así.
La naturaleza quiere seguir su camino.
Nosotros tenemos que respetarlo.
Y quienes ignoran los avisos, las advertencias, los consejos de los científicos, tienen que pagar por ello.
En el momento cuando no puedes ir hacia atrás, lo fundamental es avisar.
Es imprescindible una red de avisos.
Igual que en otros países existen para las inundaciones por el deshielo o para los peligros de avalancha.
En pleno 2024 ni siquiera hacía falta tener una sirena en cada esquina.
Tenemos un sistema de alerta a móviles que funciona de maravilla.
En septiembre del año anterior lo había comprobado yo misma, cuando me llegó una alerta en Madrid que muchos dicen que no sirvió para nada, pero que realmente salvó muchas vidas.
puesto que los cuatro muertos de aquel día podrían haber sido 400 si no estuviésemos todos en nuestra casa y estuviésemos en la carretera en plena operación retorno.
Además, se nos tiene que enseñar qué es lo que hay que hacer en una alerta por inundación.
Lo primero es olvidarse de lo que hay a nivel del suelo.
Las cosas materiales son eso, materiales.
Hay que subirse a las plantas más altas, hay que olvidarse del coche.
Hay que pensar que lo primero es la vida de cada uno.
y que, de lo material, ya nos ocuparemos cuando pase.
Pese a ello, antes de que se dé esa situación, se pueden hacer muchas cosas para evitar la gravedad del momento.
A nivel personal, todos deberíamos tener un plan de emergencia.
Debemos tener en nuestra casa lo que necesitamos para sobrevivir durante al menos un par de días.
Esto variará en cada caso, y en el futuro ya hablaremos del tema.
Porque este año nos toca recordar otros acontecimientos que nos han hecho ver que en esta vida que tenemos hay que estar preparados.
Más allá de lo personal, es imprescindible que empecemos a actuar con más cabeza en las infraestructuras.
Lo primero es dejar de construir de una vez en zonas con gran peligro de inundación.
Nos sobra país para construir, no tiene que ser justo ahí.
Y lo que ya está, hay que ir quitándolo.
Todas esas casas encima del río tienen que quitarse, porque o las quitamos nosotros o las va a quitar el agua.
Hay que dejar espacio para el cauce del río y tiene que estar limpio.
Y limpio no es vacío, es limpio.
Es fundamental mantener la vegetación, porque esa vegetación bien cuidada va a ayudar a retener el agua, en lugar de facilitar que se arrastre cada vez más cosas.
La vegetación va a actuar como freno.
Y no es lo mismo que el agua baje despacio, aunque inunde, que que baje a toda velocidad.
Ha pasado un año.
Hay pueblos que han aprendido.
Hay pueblos que han enfocado la reconstrucción de la ribera teniendo esto en cuenta.
Y en lugar de reconstruir las casas donde estaban, han movido esas casas a una zona más apartada y han creado un paseo inundable.
Una zona que con buen tiempo será una zona de paseo y de juego para los niños.
pero que si esto se repite, y se va a repetir, permita que el agua se expanda, inunde una zona en la que hay vegetación y se frene el daño.
Hay otros lugares que no han aprendido y espero que no lo tengan que hacer por la fuerza.
Hay una serie de personas que todavía están más preocupadas por echarle la culpa a otro en lugar de centrarse en asumir lo ocurrido y centrarse en todo lo que hay que hacer en esa reconstrucción.
que tiene que ser rápida y respetuosa con la naturaleza.
No hay que pensar en grandes obras faraónicas.
Dentro de un par de semanas hará también años de otra gran riada, mucho más pequeña, sin víctimas mortales, pero que a mí me afectó por ser en mi pueblo natal.
No han esperado a que se repita.
En los 19 años que han pasado, han tirado y han vuelto a construir una parte importante del pueblo para poder dar salida a todo el agua que pueda venir.
con grandes estanques de tormentas, con vías alternativas para el agua, con vegetación y con el cierre de zonas bajas cada vez que se prevé que pueda llover mucho.
Puede ocurrir, pero se están tomando medidas para que, si ocurre, haya menos daños de los que podría haber habido aquel día, en el que además había marea alta.
Y eso es lo que espero que hagan en todo el levante.
Que todas las obras futuras que se hagan se hagan recordando que la naturaleza no nos va a pedir permiso y que se vayan eliminando todas esas barreras que se han ido construyendo en el pasado.
En cualquier caso, este año ya hemos sufrido más daños en danas de lo que querríamos.
Por eso quiero acabar recordándoos que más allá de los avisos, de los políticos, de lo que no podéis controlar, que siempre tengáis un ojo en la previsión.
Que os activéis todas las alertas posibles meteorológicas en vuestro móvil, que existen.
Que tengáis precaución en una alerta amarilla.
Que tengáis mucho cuidado en una alerta naranja.
Y que evitéis desplazaros al máximo en una alerta roja.
Hemos necesitado una catástrofe para que se legisle, para que vuestros jefes no se comporten como anormales.
Aprovechad esa legislación si vuestro jefe cree que unos euros son más importantes que vuestra vida.
porque no lo son, y la naturaleza a ellos tampoco les va a pedir permiso.
Gracias por el tiempo que habéis dedicado a escucharme.
Espero que os haya resultado entretenido y de utilidad.
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Mientras esperáis el próximo capítulo, espero vuestros comentarios en cualquier red social como cgdoval y en nuestro grupo de telegram en t .me barra bacteriófagos.
en el que hablaremos de este capítulo y de otras muchas cosas más y recordad la curiosidad no mató al gato