Episode Transcript
Estudiante, cuando tienes dudas sobre algo, ¿dónde buscas ayuda?
Hace unos meses, muchas personas responderían que Google. Tal vez, tu respuesta sea ahora ChatGPT.
La Inteligencia Artificial o IA ha entrado con paso fuerte en nuestra vida diaria. ¿Cuál es tu relación con ella? ¿Has utilizado alguna herramienta o, incluso, forma ya parte de tu rutina para hacer alguna tarea?
Yo tengo una buena relación con la IA, pero tengo mis reservas. ¿Es tan buena como la pintan?
Parece ser que el uso de la IA no siempre es positivo y creo que es muy importante que hablemos de esto. Además, estudiante, esto te interesa, porque es probable que uses herramientas de este tipo para estudiar.
Antes de empezar con el episodio de hoy y responder esta pregunta, quiero recordarte que en la página web spanishlanguagecoach.com puedes encontrar todos los recursos gratuitos para este episodio: la transcripción completa en español, la traducción al inglés, un ejercicio de comprensión y también las flashcards de vocabulario para ayudarte a retener las palabras nuevas.
Por cierto, en esa misma web, y para que veas que yo no estoy nada en contra del uso de la IA, podrás encontrar un eBook gratuito donde te enseño a usar la Inteligencia Artificial para hablar español todos los días. Este pequeño libro en formato electrónico lo han leído más de 10,000 personas y he recibido muy buen feedback, así que recomiendo que te lo descargues. ¡Además es gratis!
Y ahora sí… Empezamos.
Hay personas que están realmente fascinadas por cómo la IA está cambiando las cosas, pero no se sabe mucho todavía del impacto real de estas nuevas herramientas.
Recientemente, un grupo de investigadores del MIT (el Instituto Tecnológico de Massachusetts) una de las universidades más importantes del mundo, ha hecho un estudio muy interesante sobre cómo afecta la IA nuestra capacidad de pensar, de concentrarnos y de aprender. En definitiva, la manera en la que funciona nuestro cerebro.
La verdad es que la IA puede ayudarte muchísimo… eso es cierto, pero solo si la usas bien. Si no tenemos cuidado, la inteligencia artificial podría estar haciendo que pensemos menos y peor.
Vamos a ver por qué.
La gran pregunta que vamos a responder hoy es: ¿Nos está volviendo más tontos la inteligencia artificial?
El estudio del MIT del que te he hablado parece confirmar que el uso excesivo de herramientas de inteligencia artificial, como ChatGPT, puede estar afectando nuestra capacidad de pensar de forma crítica y creativa.
Te voy a explicar cómo se hizo este experimento. Los científicos tomaron a 54 personas jóvenes, entre 18 y 39 años para estudiar cómo afecta la inteligencia artificial a nuestro cerebro cuando escribimos textos, en este caso, ensayos parecidos a los del examen SAT en Estados Unidos. Ese examen es la prueba de acceso a la universidad, en España se llama EVAU.
Se dividió a esas 54 personas en tres grupos y se les dio la tarea de escribir los ensayos:
A un grupo se le pidió que usara ChatGPT para escribirlos.
A otro se le permitió usar Google para buscar información y el último grupo solo podía usar su cerebro.
Se monitorizó la actividad cerebral de los participantes durante todo el experimento, o sea, se les puso un casco con sensores y se les hizo un encefalograma para ver cómo se comportaba su cerebro al realizar la actividad.
¿Y sabes qué descubrieron?
Pues que el grupo que usó ChatGPT mostró la menor actividad cerebral.
¿Te sorprende?
Se vio que usar la IA apagaba ciertas partes del cerebro que se activan cuando pensamos de forma profunda, creativa o crítica.
Además, una cosa muy interesante es que el grupo que usaba ChatGPT se fue volviendo cada vez más pasivo. Al principio, solo le pedían ayuda, pero con el tiempo, simplemente copiaban y pegaban lo que escribía ChatGPT. Es decir, dejaron de pensar por si mismos. Se volvieron transmisores del mensaje de la herramienta de IA. De hecho, muchos de ellos no podían recordar una sola frase del ensayo que habían escrito. O se supone que habían escrito.
¿Te ha pasado algo parecido?
¿Tal vez has escrito algo con la ayuda de ChatGPT u otro modelo de IA de este estilo y has sentido que no recordabas nada a los cinco minutos?
El estudio además demostró (y esto me parece preocupante) que incluso después de dejar de usar ChatGPT, las personas de ese grupo seguían teniendo una actividad cerebral más baja. Como si su cerebro se hubiera acostumbrado a no pensar.
El resultado es que los ensayos escritos por este primer grupo, el de la IA, fueron poco originales y muy repetitivos. Los profesores que los revisaron dijeron que los textos se parecían mucho entre sí y utilizaban expresiones muy similares. Eran ensayos a los que les faltaba algo.
¿Qué era ese algo?
Para entender esto, es conveniente entender lo que significa la expresión atropello cognitivo. El verbo atropellar se suele emplear cuando un vehículo, un coche impacta sobre alguien.
Cuando hablamos de atropello cognitivo (en inglés cognitive offloading), hablamos de la tendencia que tiene nuestro cerebro a decir:
“Bah, no hace falta que piense mucho. No es incensario porque esta herramienta ya lo hace por mí.”
O sea, es como si la herramienta pasara por encima de nuestro cerebro…
Y claro, cuando eso ocurre una vez… no pasa nada. Pero cuando lo haces siempre, tu cerebro empieza a trabajar menos. Dejas de ejercitar tus “músculos mentales”.
Y eso crea lo que los expertos llaman una deuda cognitiva.
Una deuda es algo que debemos devolverle a alguien. Si tenemos una deuda con el banco, debemos pagarla.
Cuando tenemos esta deuda cognitiva, tú crees que estás siendo eficiente, que estás ahorrando energía, que estás haciendo todo más rápido… pero en realidad estás dejando de aprender, de retener información y de pensar críticamente.
Y eso se refleja en el resultado porque como sabes, lo que no se usa… se pierde. Como los idiomas. Si no los usas, los vas olvidando.
Según los investigadores, este problema puede ser mucho más grave en niños y adolescentes.
¿Por qué es así?
Porque su cerebro todavía se está formando. Y si desde pequeños aprenden a delegar todo en la tecnología, no desarrollan bien ciertas conexiones importantes en el cerebro.
Por ejemplo, esas conexiones que usamos para resolver problemas, recordar cosas, tener ideas nuevas o pensar críticamente son fundamentales y deberían desarrollarse antes de delegar en la tecnología. Son imprescindibles para la vida.
Pero todavía no hemos terminado con el experimento del MIT.
¿Qué pasó con el grupo que usó Google y con el grupo que no empleó nada de tecnología? ¿También tendrán esta deuda cognitiva?
Pues tanto el grupo que consultó a Google, como el que solo empleó su propio cerebro mostraron niveles mucho más altos de actividad mental.
El cerebro del grupo que no empleó ningún tipo de tecnología trabajaba mucho más, especialmente en las zonas relacionadas con la memoria, la creatividad y la concentración. O sea, aprendía y razonaba mientras escribía.
Estos participantes, además, se sentían mejor porque los textos eran suyos, habían aprendido algo de valor y habían hecho un esfuerzo real.
¿Entonces, la IA es mala?, ¿debemos dejar de usar ChatGPT?
Si el experimento hubiera terminado aquí, tal vez podríamos decir que sí. Pero afortunadamente, el experimento continuó.
Y es que la respuesta no es tan simple. La inteligencia artificial no es buena ni mala en sí misma. Todo depende de cómo la usamos.
En la última parte del experimento los investigadores del MIT pidieron al grupo que antes no había usado ningún tipo de tecnología que usara ChatGPT para reescribir su ensayo. ¿Y sabes qué pasó?
Que su cerebro se activó todavía más. Más que cuando no emplearon nada.
¿Por qué?
Porque ya habían pensado y escrito sus ideas antes. Ya habían hecho un trabajo profundo previo y usaron la IA para mejorarlo, no para sustituir el proceso de pensar, sino para potenciar su trabajo.
Yo pienso que la inteligencia artificial puede ser una herramienta maravillosa si se usa bien. No creo que el uso en sí de la IA nos haga más tontos, sino el uso pasivo y automático que hacemos de ella. Tiene un efecto negativo cuando dejamos que nos atropelle, que nos pase por encima.
El problema viene cuando usamos ChatGPT o cualquier IA como si fuera un piloto automático, y no como un copiloto que nos ayuda, pero no decide por nosotros. Cuando confiamos ciegamente en la tecnología para pensar por nosotros, dejamos de ejercitar esa parte del cerebro que necesitamos para la vida real: la que analiza, que duda, que compara y que aprende de los errores.
Y todo esto que te cuento tiene mucha relación con tu aprendizaje del español.
Porque quizás te has acostumbrado a traducir todo con el móvil, o a pedirle a la IA que te escriba frases para practicar, o incluso a usar ChatGPT para corregir tus errores.
Y eso está bien, siempre que no apagues tu cerebro en el proceso.
Recuerda, estudiante: si no usas tu cerebro, si no haces el esfuerzo, tu aprendizaje va a ser superficial.
Está bien que uses la IA para corregir tus errores, pero si no los revisas y reflexionas sobre ellos, si solo transmites la versión perfecta que te da la IA no vas a aprender.
Además, la IA puede ser muy inteligente, más que nosotros, acumula mucha información, pero le falta algo esencial: la experiencia humana.
No puede sentir emociones, no tiene empatía y no ha vivido lo que hemos vivido nosotros al intentar aprender un idioma y al hacer frente a las dificultades de la vida.
Hay una paradoja que explica esto muy bien: se llama la paradoja de Moravec. Dice que las cosas que son fáciles para los humanos, como caminar o reconocer una cara, son superdifíciles para la IA. Y las cosas que son difíciles para nosotros, como hacer cálculos matemáticos rápidos, son fáciles para una máquina.
Por eso es tan importante no dejar de lado nuestra parte humana.
Y además, se nos suele olvidar algo.
Tenemos interiorizado que los humanos somos imperfectos y cometemos errores, pero también ocurre con la IA. La IA también falla. No creas todo lo que dice y emplea tu pensamiento crítico para evaluar sus respuestas.
Así que… está claro que la IA tiene ventajas e inconvenientes. La pregunta entonces es “¿Qué podemos hacer para tener lo mejor de los dos mundos?”
Bueno, aquí van algunas recomendaciones concretas que puedes aplicar:
Piensa primero tú. Antes de pedirle a ChatGPT, Claude, Grok, Perplexity, Gemini, Deepseek o cualquier IA que haga algo, inténtalo tu primero. Al menos, haz un esquema o un borrador y si tienes una duda, intenta responderla tú antes de buscar en internet o usar IA. Y si escribes a mano, aún mejor. Ayuda mucho a la memoria.
La idea es usar la IA como asistente, no como autor. Deja que la tecnología te ayude, pero no que te sustituya. Lo ideal es que la IA esté bajo tu control, no al revés.
A veces, vas a sentir que la creatividad no fluye, para eso es bueno hacer algunas pausas sin pantalla. Tal vez te aburras, pero no te preocupes porque el aburrimiento, aunque no lo parezca, es una fuente de creatividad.
Y recuerda que aprender es difícil, pero el esfuerzo crea conexiones duraderas en tu cerebro. Si decides emplear la IA, reescribe las ideas con tus propias palabras. Evita copiar y pegar sin pensar.
Tenemos que volver a la idea de que el esfuerzo es necesario para aprender, aunque tengamos ayudas. Y, sí, tenemos ayudas porque la IA ha llegado para quedarse, por eso es tan importante aprender a convivir con ella y a usarla con criterio.
Estudiante, espero que este episodio te haya hecho reflexionar un poco sobre cómo usamos la inteligencia artificial en nuestro día a día y cómo puede influir en nuestro aprendizaje.
Y recuerda: tu mente es tu herramienta más poderosa. Cuídala, actívala, desafíala.
Y si este episodio te ha parecido útil, por favor, suscríbete al pódcast, déjame una valoración positiva y escribe un comentario contándome el uso que le das a la IA para practicar tu español. Me encantará leerlo.
Te espero en el próximo episodio.
Un abrazo grande.
