Episode Transcript
¿Alguna vez te has sentido cansado o cansada de ti mismo? Eso que dices: Estoy hasta las narices, estoy harto, estoy harta de mi mismo. Y no te hablo de estar físicamente cansado, sino emocionalmente. Cansado de tus miedos, de tus hábitos, de tus pensamientos. Probablemente sí. Yo sí, desde luego. Y este episodio va de eso, de emociones que evitamos de miedos que arrastramos durante años y de cómo a veces parar, y en las vacaciones de verano es un buen momento para parar, parar y mirar hacia adentro puede ser más útil que seguir corriendo como un pollo sin cabeza, sin dirección.
Hola estudiante, ¿qué tal? Qué alegría volver a grabar un episodio de este podcast después de unas semanas de vacaciones. Si es tu primera vez aquí, te doy la bienvenida. Yo soy César, soy profe de español y este podcast es para estudiantes de español de nivel intermedio y avanzado. En este espacio no solo vas a practicar y mejorar tu comprensión del español, sino que también vamos a reflexionar juntos sobre temas que nos tocan como personas, como ciudadanos y como personas interesadas en la cultura de España y de otros países hispanoablantes también.
Y antes de empezar, quiero recordarte que tienes disponibles algunos recursos gratuitos en la web, spanishlanguagecoach.com. Tienes la transcripción completa en español, la traducción al inglés, flashcards de vocabulario y un ejercicio de comprensión. Yo te recomiendo usarlo, especialmente el ejercicio de comprensión y las flashcards, porque te van a ayudar a aprender cosas, como la expresión de ir como pollo sin cabeza, que usamos mucho. También en la web verás que puedes dejar tu email en la lista de espera para inscribirte a mis cursos online. Ya somos más de 5000 estudiantes. Va a haber una sorpresa en estas nuevas inscripciones. El día 15 de septiembre, lunes, abren las puertas para nuevos estudiantes. Así que si te interesa, deja tu email en la lista de espera. Y ahora sí vamos con el episodio.
Antes de nada, te voy a contar que empecé el verano, o bueno, o terminé el verano, aunque no ha acabado todavía, con la intención de grabar un episodio que se titulaba, se llamaba ''El arte de soltar''. Me gustaba el título, me parecía interesante. Teníamos el guión y todo, pero no me convenció. Lo grabé ayer y dije... No sé, era como demasiado perfecto, demasiado limpio y creo que no reflejaba bien lo que quería contar. Así que, he tomado algunas notas y voy a contarte en un episodio algo más improvisado.
A ver, este verano para mí no ha sido espectacular en lo externo, en el sentido de que la mayoría del tiempo he estado en Valencia, en la ciudad trabajando. Estuvimos dos semanas en Montpellier en una academia de francés, pero estábamos trabajando por la mañana y estudiando por la tarde, así que no eran vacaciones. Y sí que hemos tenido 10 días de estar off total, estar desconectados. Y no hemos hecho grandes viajes, de esto que ahora todo el mundo se va a Japón, sino que hemos ido a la playa, a una isla en Francia. Pero a pesar de no haber hecho un viaje supergrande, sí que he hecho un viaje importante por dentro. Ha sido un verano bastante revelador en ese sentido, un viaje para reconectar un poquito conmigo mismo. Creo que el hecho de parar, de desconectar del trabajo, de desconectar de la vida en la ciudad, ayuda bastante. Y cuando digo reconectar, no es porque haya estado haciendo dos horas al día en la playa, haciendo yoga. Significa parar y decir: Oye, ¿cómo estás realmente?.
Es verdad que me ha ayudado mucho una de mis lecturas. Este verano he leído una novela de un autor español que se llama ''La mejor persona'', que me ha encantado. Y este libro, que se llama ''Sal de tu mente, entra en tu vida'', es un libro que habla de una terapia, la terapia de aceptación y compromiso. Voy a leer brevemente la contraportada para que te hagas una idea de lo que va.
Dice: La gente sufre. No se trata solo de que sienta dolor físico, el sufrimiento es mucho más que eso. Los seres humanos tienen que lidiar también con el dolor psíquico que experimentan, con sus emociones y pensamientos negativos, con los recuerdos desagradables, los impulsos y sensaciones negativas. Este libro se basa en la terapia de aceptación y compromiso, una modalidad de psicoterapia respaldada científicamente y que forma parte de lo que ha dado en llamarse la tercera generación de terapia conductual y cognitiva.
Y el libro trata sobre cómo pasar del sufrimiento al compromiso con la vida. Me encanta. Últimamente estaba bastante desencantado con los libros de autoayuda de este tipo, porque tienen títulos muy milagrosos, pero luego se quedan en agua de borrajas, es decir, se quedan en nada. Este libro me gusta mucho porque la promesa inicial es de no evitar, sino de comprometerte, de aceptar y de lo que llamo ahora, después de haber leído el libro, gestionar la ola.
Cuando estás en la playa y de repente viene una ola gigante, estás dentro del agua, tienes que lidiar con ella. Y puedes lidiar de muchas formas. Te puedes meter debajo del agua, puedes intentar cruzarla. Hay muchas formas de hacerlo, pero de alguna forma tienes que hacerlo, un poco así con la vida. De todos modos, ahora, más adelante, explicaré un poco más lo que he aprendido. Tengo que decir que no lo he terminado porque estoy siendo muy comprometido con el libro y estoy haciendo todos los ejercicios. Hay muchos ejercicios de escribir, lo que me está ayudando y honestamente me está encantando. Pero no me enrollo, que estoy hablando demasiado.
Una de las cosas de las que me di cuenta en este periodo vacacional es que llevaba mucho tiempo o he estado mucho tiempo tratándome algo mal, sin darme cuenta. Había mucho juicio, mucha exigencia y mucho deberías, César deberías, César tienes que... Poco cariño. Y de hecho, este verano, la canción que me ha acompañado y que más he escuchado, es la canción que seguro que conoces, se llama Always on my mind y dice algo así como: Maybe I didn't treat you quite as good as I should have. Quizás no te traté tan bien como debería haberte tratado. Pues un poco me he sentido así y ha sido bastante terapéutico escuchar esa canción. Y de verdad que pienso que mucha gente no se trata o no se ha tratado tan bien como debería.
Respecto a este libro del que te he hablado, uno de los mensajes que más me marcó es este: Evitar el sufrimiento no nos protege o nos protege en el corto plazo, pero nos limita, nos limita mucho la vida. Y me di cuenta de cuántas cosas he estado evitando. Te pongo un ejemplo: conducir. No conduzco desde hace años. Tengo 36, me saqué el carnet de conducir con 18, pues seguramente no conduzco desde que tengo 20 o 21. ¿Por qué? Por miedo. Desarrollé un miedo a conducir, miedo a hacer daño a los demás, a equivocarme, a no tener el control. Y obviamente he evitado ese miedo no conduciendo. Eso es la acción a corto plazo que he estado haciendo. Me ha hecho sentir bien porque evitaba el miedo y, por tanto, no tenía que sufrir esa sensación desagradable. Pero también, y esto es lo que más me entristece de haber reflexionado en todas las cosas que evito en mi vida, también evito la posibilidad de, por ejemplo, conocer lugares nuevos, de ser mucho más independiente, de poder viajar a lugares donde necesitas alquilar un coche y moverte en coche.
Entonces, el coste de evitar no es solo no sufrir, el coste también es no vivir. De hecho, el libro dice algo que me encanta y es: Esta terapia no habla de sentirte mejor, sino de sentir mejor. Y a veces sentir mejor es también sentir mejor o con intensidad los sentimientos negativos, porque al final los sentimientos a veces los intentamos racionalizar demasiado y no hay por qué hacerlo. Pero sí que tenemos que navegar esa ola, aceptarla y dejar que pase.
Otra cosa que he evitado mucho en gran parte de mi vida es el conflicto. Tengo un miedo al conflicto. Yo soy una persona a la que no le gusta discutir. Odio las peleas y odio las tensiones, incluso si no van conmigo. O sea, un conflicto entre dos compañeros de trabajo, aunque no me afecte a mí directamente, me pone tremendamente incómodo. ¿Y qué pasa? Hay un problema, evitar el conflicto, a veces no digo lo que quiero, no expreso mis necesidades, no pongo límites. ¿Y luego qué pasa? Que la otra persona se va contenta, pero yo me siento frustrado o crece el resentimiento en mí hacia esa persona. Me alejo de personas con las que podría tener relaciones más auténticas.
Y no sé, he estado pensando mucho en todos estos miedos, en todos estos deberías, en todas estas sensaciones que llevo evitando durante mucho tiempo. Y me he dado cuenta de que especialmente en la adultez, cuando te haces adulto, en realidad el miedo se extiende. No tiende a encogerse, no entiende a hacerse más pequeño, sino que tiende a agrandarse, a no ser que hagas algo para trabajar en ello. Y yo quiero sentir mejor, no quiero solo sentirme mejor. Entonces, quiero hacer un esfuerzo consciente en conseguir esto.
Y como te digo, la metáfora de la ola me encanta. Cuando evitamos, es como si no quisiéramos entrar en el mar, pero la emoción está ahí, el mar va a seguir estando ahí y la ola va a venir igual. Y si no aprendemos a surfearla, nos arrastra. Y este verano he decidido empezar a surfear mis olas. Y sí, a veces te caes, tragas agua, te haces daño, pero también aprendes a mantenerte en pie. Y la sensación estudiante cuando consigues surfear, aunque sea unos segundos es increíble. Tanto metafóricamente como cuando intentas surfear de verdad. Yo lo he intentado una vez.
Y este verano, acabamos sin saberlo, en un destino naturista donde las playas, o sea, estar en la playa era obligatoriamente... Había que estar desnudo, tenías que estar desnudo. No era opcional, como en la mayoría de playas nudistas que hay en España, por ejemplo, era obligatorio. Al principio fue un choque. Mucha vergüenza. Yo no quería hacerlo y yo estaba como: Pero, ¿qué hago aquí?. Yo no me siento cómodo haciendo esto. Pero resultó ser una experiencia muy potente. Y yo sé que, seguramente, especialmente a los oyentes de Estados Unidos, lo del naturismo les debe parecer muy extraño, porque creo que es algo bastante europeo y bastante del centro de Europa, es bastante popular. Pero creo que en Estados Unidos es menos frecuente.
Estar desnudo en un lugar desconocido, rodeado de personas que hablaban francés, que no es mi idioma, es un idioma que estoy aprendiendo. Y además, tener que socializar fue una masterclass, o sea, una clase magistral en vulnerabilidad. Imagínate, ninguna de las tres cosas me hacen sentir seguro. Estar desnudo, la mayoría de personas, por lo que hablé con ellas, se sentían de la misma forma, bastante vulnerable, con vergüenza, con pudor, al estar desnudo delante de desconocidos. Hablar otro idioma y hacer amigos o socializar. A mí estas tres cosas, y el idioma también, aunque sea profesor de español, también me cuesta sentirme a veces vulnerable cuando hablo un idioma extranjero, pues esas tres cosas a la vez.
Fue una clase magistral de vulnerabilidad, de romper tabús. Pero me di cuenta que en esa terapia de choque, de no evitar ninguna de las tres cosas que a veces evito, pues cuanto más vulnerable me sentía, más humano me sentía. Que el ego, que a veces es el escudo protector, se hacía pequeño. Y que el ego nos sirve de mucho, cuando estás desnudo, inseguro y en un idioma extranjero, socializando cuando eres una persona más bien tímida. Y cuando el ego se hace pequeño, puedes ver mejor lo que hay debajo. Tus miedos, tus inseguridades, tus ganas de conectar también. Y como digo, a veces usamos el ego como un escudo, pero cuando lo bajamos, cuando le bajamos el volumen, conectamos de verdad con los demás y con nosotros mismos. Entonces, ha sido de verdad bastante interesante esa experiencia, al mismo tiempo que estaba leyendo sobre la evitación de experiencias incómodas o desagradables.
Y de hecho, pensando mucho sobre el miedo a conducir, pensaba que tenía que haber algo detrás de ese miedo. Y me he dado cuenta de que otro miedo que he desarrollado en los últimos años es algo que me gustaba hacer también, que es cocinar para otros. A mí me gusta mucho invitar a gente a mi casa a cenar, cocinar para otros, pero últimamente me da como ansiedad cocinar para otras personas. Y es por un miedo irracional a hacer daño sin querer. O sea, tener pensamientos intrusivos, tipo: ¿Y si pongo algo que alguien le sienta mal? ¿Y si se intoxican?. Y yo me doy cuenta de que son miedos absurdos, pero están ahí.
Y si no los enfrento, ¿qué va a pasar? Si no surfeo esa ola, pues que acabaré no invitando nunca a nadie y no cocinando nunca para nadie. Y no quiero eso. Por eso una de mis propuestas o mis objetivos para septiembre es también volver a invitar a gente, cocinar para otras personas y surfear esa ola. No quiero vivir evitando, quiero surfear olas, quiero estar en el mar, quiero pasármelo bien, quiero sentir mejor, no simplemente sentirme mejor. Quiero vivir con transparencia. Y para mí vivir con transparencia significa no esconderme, decir lo que pienso de forma asertiva, contar lo que siento, aunque sea incómodo. Y muchas veces, de hecho, hay personas que me conocen y escuchan el podcast y me dicen: ¡Ostras, César! Yo no sería capaz de hablar de este tema, me sentiría muy vulnerable.
Y es verdad, y a veces a mí me ha pasado también. Pero luego pienso: Si comparto esto, ¿voy a hacer mal a alguien?. La respuesta siempre es no. ¿Puedo ayudar a alguien que seguro se ha sentido o se siente como yo?. Sí. Pues entonces, adelante. Y de hecho es bastante terapéutico para mí también ordenar mis ideas y comunicarlas.
Así que nada más estudiante, te voy a dejar aquí. Solo con una pregunta, si me quieres contar, ¿tú qué estás evitando? ¿Qué ola no estás surfeando?
Yo te espero en el próximo episodio. Muchas gracias por estar aquí. Suscríbete, si no te has suscrito todavía, porque hay mucha gente que lo escucha, pero no está suscrito y nada más.
Un abrazo grande.