Navigated to #107 ASÍ se TRANSFORMA TU CUERPO al CORRER (POR DENTRO) - Transcript

#107 ASÍ se TRANSFORMA TU CUERPO al CORRER (POR DENTRO)

Episode Transcript

Corredor, hoy te voy a enseñar qué pasa dentro de tu cuerpo cuando sales a correr desde el primer paso hasta los efectos que tienen en el organismo a largo plazo.

¿Porque sabes qué?

Muchos corredores populares siguen pensando que correr solo sirve para quemar calorías, como si fuese una herramienta para perder peso y poco más, pero la realidad es otra.

Cuando corres de forma inteligente, tu cuerpo, tu mente y tu salud cambian de verdad.

Tu cerebro se adapta a tus músculos, se hacen más fuerte, tu organismo mejora e incluso puedes alargar tu esperanza de vida.

El problema es que mucha gente entrena sin entender cómo funciona su cuerpo.

Cuando corre no saben cuánto correr, ni en qué intensidad ni con qué frecuencia, y eso le lleva a frustrarse, a estancarse o a lesionarse.

Y lo más curioso es que no es por falta de gana, sino por falta de conocimiento.

Cada semana hablo con corredores que lo dan todo, que entrenan.

5 o 6 días hacen muchísimos kilómetros, pero aún así no mejoran o peor aún, se lesionan en cuánto intentan subir un poco el nivel.

Si alguna vez te has preguntado estaré entrenando correctamente, estaré corriendo demasiado.

Por qué no progreso si me esfuerzo tanto, este vídeo es para ti, porque hoy te voy a explicar qué pasa realmente dentro de tu cuerpo cuando corres y, sobre todo, cuánto necesitas correr para conseguir todos los beneficios físicos, mentales y de salud sin pasarte.

Así existe una cantidad óptima, una dosis justa que transforma tu cuerpo y protege tu salud y la mayoría de corredores o se pasa o no llega.

Más adelante te voy a enseñar un protocolo muy concreto, como siempre respaldado por la ciencia, que te ayudará a mantenerte en forma, a mejorar tu rendimiento y evitar lesiones, corriendo mucho menos de lo que te imaginas.

¿Pero ahora te pregunto a ti directamente, qué te gustaría conseguir corriendo?

Te leo en los comentarios.

Pero vamos con el primer gran error, creer que la clave para mejorar siempre es correr más.

Y entonces qué hacen muchos corredores más kilómetros, más días, más intensidad, más más de todo, pero en lugar de mejorar acaban empeorando.

Le duelen más las piernas, les cuesta mucho más recuperar, pierden la motivación y muchas veces acaban lesionados y encima se sienten culpables.

Piensan que no están hechos para esto, que le falta fuerza de voluntad, pero no es así.

El problema no es el esfuerzo, es la estrategia que hay detrás.

Llevo años trabajando con corredores como tú, personas con poco tiempo, con familia, trabajo, pero con muchas, muchas ganas de entrenar bien y todos llegan con la misma frase, estoy entrenando más que nunca, pero no mejoro o incluso cada vez que intento apretar.

Me rompo y cuando analizamos qué es lo que están haciendo, siempre vemos lo mismo.

Sesiones hechas al Tun Tun, sin ningún tipo de estructura, con mucha carga y poca recuperación.

Kilómetros por hacer sin ningún tipo de objetivo claro.

Días de descansos, mal puestos o que ni existen, pero yo sé que es lo que de verdad desea un corredor y no es solo bajar sus marcas, es sentirse fuerte, sentir que todo ese esfuerzo tiene sentido.

Poder entrenar sin miedo a lesionarse, disfrutar del camino, no solo de la meta, y eso es posible, pero no se logra corriendo más, se logra corriendo mejor.

Si esto que estás escuchando te ayuda a entender tu entrenamiento desde otra perspectiva, te animo a que te suscribas al canal y actives la campanita porque cada semana.

Y aparto mucho contenido como este, consejos prácticos, ciencia aplicada al running y estrategias para que corras más mejor y sin lesionarte.

Y aquí viene la gran verdad que lo cambia todo.

No necesitas siempre correr más, necesitas correr con inteligencia.

Ese es el error que cometen miles de corredores cada semana se centran únicamente solo en sumar kilómetros, pero lo que realmente transforma tu cuerpo no es la cantidad, es la calidad.

Es el tipo de estímulo que le das a tu cuerpo, el momento en el que lo aplicas, el descanso que permites después y la estructura que sostiene todo eso.

Correr más.

Puede darte la ilusión de que estás avanzando, pero si lo haces sin una dirección, sin zona de entrenamiento, sin planificación, sin recuperación, lo que estás haciendo en realidad es tirar tu progreso o la abordas.

Esto no va de entrenar más por entrenar, simplemente va de entender qué haces, por qué lo haces y cuándo tiene sentido hacer lo que haces y.

Cuando eso lo tienes claro, todo cambia.

Empiezas a ver resultados, entrenas menos, disfrutas más y te sientes mejor y mucho más fuerte.

Si correr transforma tu cuerpo y hay una cantidad óptima que te da todo beneficio sin destrozarte, entonces tiene todo el sentido del mundo que la clave no sea correr más, sino hacerlo mejor.

Ahora déjame guiarte por una cadena de verdades que necesitas interiorizar si quieres dejar de entrenar a ciegas y empezar a correr.

Con propósito, el primero es que correr no solo afecta a tus piernas desde la primera zancada, tu cerebro también empieza a cambiar.

Se activan neurotransmisores que reducen el estrés, la ansiedad y la fatiga mental.

Y esto no es solo teoría, está demostrado que una sola sesión de carrera ligera ya produce mejoras emocionales inmediatas, según este estudio de 2021.

Segundo, cuanto más consistente corres, más mejoras tu sistema nervioso y cognitivo.

Más memoria, más claridad mental, más motivación y una mejor autoestima.

Pero lo realmente interesante viene un poquito más adelante.

Te lo cuento en el punto 6.

Tercero, correr de forma habitual estimula la creación de nuevas mitocondrias en tus fibras musculares.

Más mitocondrias significa más eficiencia energética y eso se traduce en músculos que trabajan mejor con menos esfuerzo.

Cuarto, con el tiempo tus tendones también cambian, se vuelven más rígidos.

Sí, pero esa rigidez es buena porque actúan como nuez, almacenando y devolviendo energía en cada paso.

Así es como los corredores experimentados parecen flotar sin esfuerzo.

Quinto, tu corazón también se transforman las cavidades, se arrandan, las paredes se fortalecen, bombea más sangre, con menos esfuerzo y eso se traduce en una frecuencia cardíaca en reposo mucho más baja y una salud cardiovascular mucho más fuerte.

Sexto, correr también mejora tus vasos sanguíneos, se vuelven más elásticos, lo que reduce la presión arterial y mejora la oxidación de todo el cuerpo.

Séptimo, y quizás lo más brutal de todo esto, la ciencia ya demostró que cuanto más alto es tu consumo oxígeno máximo, menos probabilidades tienes de morir antes del tiempo.

Así.

Directamente, el V 2 más predice la longevidad mejor que fumar que el tener diabetes o hipertensión.

Este dato viene dado de este estudio publicado en 2018 y octavo y último.

Y aquí viene la parte más contra intuitiva.

No hace falta correr todos los días para conseguir todo esto, ni siquiera hace falta que metas muchísimos kilómetros.

Solo necesitas saber qué tipo de entrenamiento tienes que hacer.

¿Con qué frecuencia y cómo estructurarlo a lo largo de la semana?

Y si todo esto es cierto y lo es, entonces lo más inteligente no es entrenar como un profesional, sino hacerlo como alguien que entiende la ciencia de su propio cuerpo.

Y ahora sí, vamos al meollo del vídeo, quiero que entiendas qué sucede realmente dentro de tu cuerpo cuando corres, desde que das el primer paso hasta las adaptaciones que se construyen mes a mes, año a año, para que veas que esto no es magia, sino fisiológica.

Para ello voy a dividirlo por sistemas para que lo veas con claridad y quédate hasta el final.

Porque el último sistema del que vamos a hablar no solo es el más importante, sino el que literalmente puede predecir cuánto vas a vivir primero.

Cerebro y Estado psicológico desde la primera sesión, correr puede mejorar tu estado de ánimo, puede reducir la ansiedad, el estrés, la fatiga mental y elevar tu energía.

De manera general, estudios han demostrado que incluso una sola sesión de carrera ligera puede reducir emociones negativas como la tristeza, confusión, enfado y aumentar el vigor mental.

Además, correr de una forma regular modifica circuitos cerebrales relacionados con la motivación, el bienestar y la autorregulación emocional.

Por eso, a los pocos días de empezar a correr ya notas que tienes más claridad mental, más calma y.

Mejor humor también es muy conocido y habrás escuchado hablar de él Runer High, esa sensación de euforia que te invade mientras corres y que está provocada por la liberación de endorfinas en el cerebro.

Y esto no es solo percepción.

Son varios los estudios que han demostrado que correr reduce el riesgo de depresión de forma significativa, que el ejercicio es tan efectivo como los antidepresivos y que el ejercicio mejora la salud mental incluso en personas que no presentan trastornos.

Segundo músculos, mitocondrias y eficiencia energética.

Tus fibras musculares, especialmente las de contracción lenta, se hacen mucho más resistente y dentro de ellas, tu cuerpo construye más mitocondrias.

¿Qué son?

Pequeñas centrales de energía que convierten el oxígeno en a TP, la moneda energética que tenemos en el cuerpo.

Más mitocondrias significa más energía útil, más resistencia y, por lo tanto, menos fatiga.

Esto explica por qué después de unas semanas corriendo distancias que antes te dejaban fundido, ahora las haces sin pensar.

Tercero, tendones, los tendones se adaptan más lento que el músculo, pero lo hacen de forma muy poderosa.

Cuando corres con regularidad, tus tendones se vuelven más rígidos.

Pero ojo, esa rigidez, como he dicho antes, es funcional.

Actúan como mueles, almacenando energía y devolviéndola en cada zancada.

Por eso los corredores experimentados parecen rebotar en lugar de arrastrarse.

Lo más importante, tendones más rígidos y fuertes toleran más carga, lo que reduce el riesgo de lesiones por sobre uso.

Cuarto, el sistema cardiovascular tu corazón también cambia.

A las pocas semanas de correr, el ventrículo izquierdo se hace más grande y fuerte.

Esto permite que con cada latido se bombee más sangre y eso reduce la frecuencia cardíaca en reposo.

Además, las arterias se vuelven más elásticas luego.

Que hace que mejore nuestra circulación, que se reduzca la presión arterial y esto facilita el transporte de oxígeno a los músculos.

El ejercicio cambia la estructura del corazón y estos cambios se asocian con menor riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Quinto, el consumo de oxígeno máximo.

Este parámetro es la capacidad máxima que tiene tu cuerpo para utilizar oxígeno durante el esfuerzo.

Y según la ciencia, es uno de los mejores predictores de salud y longevidad.

Cuanto más alto es tu consumo oxígeno máximo, menor riesgo tienes de morir por cualquier causa.

Literalmente, es más importante que dejar de fumar o bajar la tensión arterial.

Se ha encontrado una relación directa entre mayor consumo, oxígeno máximo y menor mortalidad.

Cuanto más en forma estés, más tiempo vivirás y se esto que quizá sea lo que más te interesa ahora mismo.

¿Cuánto necesitas correr para conseguir todos estos beneficios?

Lo mejor es que no hace falta correr todos los días ni hacer 50 70 km a la semana.

Estudios muestran que incluso correr 20 minutos una vez por semana ya mejora tu estado de ánimo y que con solo 40 minutos semanales pero bien estructurados.

Puedes mantener tu forma física, así que programas de 2, 3 sesiones por semana, si están bien diseñados, generan mejoras reales en la fuerza, en la capacidad aeróbica y en salud en general.

Incluso volúmenes bajitos de ejercicios reducen el riesgo de depresión y pequeñas dosis de entrenamiento bastan para mejorar la salud cardiovascular, así que.

No se trata de correr más, se trata de saber cuánto correr, de cómo organizarlo y, sobre todo, de hacerlo con inteligencia.

Y ahora que sabes todo lo que realmente pasa dentro de tu cuerpo cuando corres, te quiero contar lo más importante, porque todo esto que hemos visto no son promesas vacías, son resultados reales y respaldados.

He entrenado corredores que han bajado sus tiempos en 10 km y a media maratón por minutos, sin entrenar más hora, sino.

Haciéndolo mejor corredores que pasaron de 1 hora 50 a 1 hora 40 en medio matón.

No por entrenar más días, sino por entender cómo usar su zona de entrenamiento, por entender que la fuerza es un esencial en sus entrenamientos.

Y quizás lo más impactante es que he visto a corredores a hacer su primer matón en menos de 3:30 después de años.

Intentarlo solo porque.

¿Por Primera Vez siguieron un plan con sentido, con una estructura lógica, con descansos bien ubicados y una progresión pensada, verdad, charly?

Y sabes que lo mejor de todo esto que lo hicieron sin lesiones, sin frustraciones y disfrutando del proceso, con tiempo para su familia, para su trabajo, para su vida.

Porque eso es lo que pasa cuando dejas de correr a ciegas y empiezas a correr con inteligencia, cuando entiendes que no se trata de correr más kilómetros, sino de correr mejor.

Y por eso nació Correa, inteligente.

Porque no es solo un programa, es una educación completa sobre cómo funciona tu cuerpo, cómo debería ser tu entrenamiento según tu nivel y tus objetivos y cómo planificar toda tu temporada para mejorar de forma constante sin romperte por el camino.

Durante 12 semanas trabajamos juntos, aprendes a entrenar por zonas, entiendes qué tipo de sesiones necesitas cada día, incorporas trabajo de fuerza específica para corredores y sobre todo, ganas la confianza de saber que cada entrenamiento tiene un propósito claro, porque cuando entiendes eso pasa de entrenar por obligación a disfrutar de cada sesión.

Y eso créeme que lo cambia todo.

Ahora imagínate estar en la línea de salida de tu próxima carrera, sintiéndote fuerte, preparado.

Sin miedo a lesionarte.

Pero para eso ves ahora ver este vídeo donde te explico cuáles son los intervalos de alta intensidad más efectivos para correr más rápido y mejorar tu velocidad, como siempre, basado en evidencia científica.

Never lose your place, on any device

Create a free account to sync, back up, and get personal recommendations.