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FLASH #05. Percepción del Precio

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En este podcast os voy a mostrar cómo la percepción que tenemos a veces de los precios es muy relativa y cómo a veces un producto caro lo podemos llegar incluso a percibir como algo barato. Los que me conocéis ya sabéis de mi afición a los perfumes. Es una afición que empezó en la pandemia, empecé a ver a la gente en YouTube hablando de perfumes en TikTok, en Reels y es algo que me encantó. Me voló la cabeza. Yo creo que hasta entonces había estado escuchando tanto tiempo a gente hablar de fotografía y de cosas que tienen que ver con la imagen que en mi sentido se empezaban a necesitar un descanso y me gustó mucho la relación de estar alguien describiéndome los olores y a través de la imaginación intentar percibir cómo eran una pajamental en toda regla. Hay unas fases como en toda afición por las que tienes que pasar. Entonces la primera de todas es en la que quieres saberlo todo y te ves abrumado. En el caso de los perfumes, ¿qué te pasa? ¿Qué quieres olerlo todo? ¿Quieres entender todas las nociones básicas y tener un poco de todo en tu colección? Incluso cosas que pueden hasta no gustarte, porque por completismo, simplemente por tenerlo y por entender todas las cosas que tienes delante. Luego, es verdad que poco a poco te vuelves más selectivo y quieres cosas diferentes. O empiezas a pulir tus gustos y empiezas a darte cuenta de que hay cosas que no tienes que tener, sino que quieres tener cosas que te apetecen, que te llevan a algún sitio, que te abocan un momento, que te llevan a un recuerdo o algo por el estilo. Entonces ahí aparecen las perfumerías Nietzsche. La perfumería Nietzsche de autor es aquí, la perfumería en la que no están las tiendas comerciales, vamos a decir. Todos conocemos las tiendas clasíficas como Droom y Arenal, Douglas, etc. que tienen perfumería comercial de diseñador, como Chanel, Dior, Gucci, todas las que están de moda, Jampol, Goltier, todo este tipo de perfumerías que están sobre todo creadas para gustar a la inmensa mayoría de la gente. Sin embargo, la perfumería Nietzsche y Odeutor son dos, pero bueno, yo las meto en el mismo saco ahora mismo, porque nos quieren meter ahora un decálogo sobre la perfumería aquí en este podcast. Es un tipo de perfumería que no persigue gustar a todo el mundo, sino que persigue un poquito más, además de gustar, por supuesto, aunque algunas podemos ver que se van por otro lado, que simplemente quieren que tengas una experiencia, como ir por ejemplo a un muguaritz, que no vas a alimentarte, no vas a comer a un muguaritz, sino que vas a correr una experiencia de demás, creo que te lo dicen incluso en la puerta, según estás entrando, pues hay gente que sale de fraudadas y vas a comer, igual si eres de los que te gusta las comilonas, mejor vete algún asador que haya 20 km a la redonda y salterás más contento, pues este símil sirve lo mismo para las perfumerías. Si quieres salir contento, vete una perfumería comercial y te gastarás un dinero, no te vayas a una perfumería Nietzsche porque no sabrás ni qué es lo que te están ofreciendo. Pasado un tiempo y una vez que tú ya has olido un montón de cosas que has visto en YouTube, de repente te animas y dices, oye, ¿qué es esto? ¿Era perfumería Nietzsche? Y quieres empezar a oler cosas diferentes. Me imagino que es algo que le pasara lo mismo a la gente que se aficiona al vino o otro tipo de cosas. Al principio te vas a la moscomerciar de lo que más se habla, pero luego una vez que te adentras en cualquier temática, quieres indagar un poquito más y ver qué hay más allá de lo que te están tirando a la cara y te encuentras con este tipo de perfumería. ¿Cuál es el problema de este tipo de perfumería? ¿Qué son perfumes que nos encuentran en, por lo general, en las tiendas comerciales, sino que son en tiendas exclusivas? Que sea Nietzsche significa que va a un Nietzsche, está claro. Y quiere decir que se distingue de las perfuerías de diseñador o comerciales en que suelen ser casas que se dedican exclusivamente a la perfumería. Sin embargo, la perfumería de diseñador son casas como Chanel, por ejemplo, que se dedican a hacer ropa, bolsos, zapatos y además de repente un día se les ha ocurrido sacar otro complemento que son los perfumes. Eso no quiere decir que sean malos, pueden ser muy buenos y pueden ser muy caros, pero son casas que no se dedican exclusivamente a la perfumería. Entonces esa es la principal característica de la perfumería Nietzsche, que son casas que se dedican exclusivamente a eso. Además de eso, suelen cuidar mucho más los ingredientes que llevan sus producciones. Las tiradas o más cortas se venden en sitios un poquito más exclusivos porque no se vende al por mayor y eso hace que el precio sea superior a la perfumería comercial. Hay un momento en el que te atreves y dices, bueno, me apetece ir a una perfumería Nietzsche y quiero leer cosas, pero lo haces de una forma tímida y con un poco de vergüenza, porque cómo están en sitios un poquito más exclusivos no está tan masificado. Lo que te van a hacer es atender según entras por la puerta porque no es como un druni en el que te vas a encontrar con 100 personas más probando cosas, probando cremas, perfumes y de todo y con un montón de personas que te pueden atender alrededor. No, estos sitios tienen muy pocos empleados, por lo general están regentados por una familia con tres empleados y te van a dar un trato bastante exclusivo y además te van a preguntar un montón de cosas qué perfume te apetece probar, qué gustos tienes, o sea, van a hacerte como el traje a medida. Digamos que sería la diferencia entre ir a un zara o ir a un sastre, que te van a decir, "vale, tú qué idea tienes y seguramente acabes saliendo con otro producto que tú no pensabas". Ni sabía siquiera que existía, pero la persona que te está atendiendo está profesional, que ha entendido que tu necesidad no es la que tú traes en la cabeza, sino que te va a poner algo que es mejor para ti. Es verdad que la primera vez que entras en estos sitios te sientes un poquito un farsante porque dices, "yo qué pinto aquí, no pertenezco a este mundo". Y además es algo que te pasa exactamente como cuando vas a un restaurante con amigos, por ejemplo, y el sommelier os dice, "¿Quién quiere probar el vino?" Y eso te lo dice después de haberte osultado un discurso de 10 minutos, la última que fui con los amigos sobre un vino, del cual yo como tengo una retentiva a cero y no soy un me aficionado a los vinos, me quedé con el primer minuto y el resto de los 9 minutos, pues me perdí, por supuesto. Ninguno de los que estábamos en la mesa, por supuesto, nos habíamos quedado con el discurso de los 10 minutos. Y qué es lo que ocurre cuando te dan a probar, realmente, no es un examen, ese sommelier no te está diciendo que luego le digas tú exactamente lo que ha dicho, o que no te es eso de aroma, esa frambuesa y que los taninos no sé qué ir a la grima, no sé cuántos. Lo único que quieren saber es si te gusta el vino, si no te gusta, o si está picado. Luego se ha que todos nos sentimos un poco avergonzados porque pensamos, "¿Sabes distinguir si está bien agrado? Yo creo que está ese punto, somos capaces". Simplemente te está dando onda de gustar a ver si te gusta y ya está. Entonces, cuando entras en una perfumería de este tipo te pasa exactamente lo mismo que dices, qué es lo que quiere esta persona que haga cuando me da a oler un perfume, qué es lo que pretende de mí, porque antes te está hablando durante 5 minutos o 10 minutos sobre ese perfume, sobre su origen, sus ingredientes, el autor, porque si cada perfume esto suele tener un autor. Los comerciales también, o sea que los comerciales se utilizan en una forma un poquito masiva. Entonces, tú te sientes muy pequeñito y incluso acobarrado a la hora de comprar y dices, "Madre mía, no sé lo que me está diciendo, no sé si me gusta, si le digo que no me gusta, igual es que me toma por un cateto y son cosas que te pasan en esta primera fase". ¿Qué es lo que ocurre? Que con el tiempo ya va a ser investigar, yendo hasta las tiendas y investigando este tipo de perfumería te vuelves unentendido la materia, como con cualquier otra cosa, como si te pasa eso con el vino o te pasa con un idioma. Empiezas a manejarte con una fluidez mucho más grande en los conceptos y te sientes un poquito más fuerte frente a un entendido porque empecéis a hablar un poquito más de tú a tú. Esa persona seguramente va a ser mucho más que tú, pero ya puedes tener una conversación medianamente fluida en el que los dos estéis hablando el mismo idioma. Por supuesto, todo esto lleva su tiempo y llega un momento en el que te sientes parte de ese espacio de una forma natural. Por ejemplo, aquí en San Sebastián hay tres perfumerías nichon concretas, Hankidori, Perfumería Venegas y Perfumería Orbieta. Los tres te van a atender exquisitamente y yo ya conozco a la gente por su nombre y hay sitios en los que a mí me conocen por mi nombre. No porque compre tantos, sino porque al final cada vez que vas y vas a comprar algo, estás un rato hablando con ellos, cosa que la gente de la perfumería druni, que seguramente ha abrido más veces donde ellos, no saben ni qué soy, ni les importa exactamente quién soy y cuáles son mis gustos. Sin embargo, los otros sitios dicen "Vale, esta persona tiene estos gustos". Sé lo que le pueda aconsejar cuando entré por la puerta, porque a uno le gusta los almizclados, los títricos, y de vez en cuando no sorprende y se va justo al extremo opuesto, solo que él mismo me dice que no tiene igual ocasiones en las que ponerse cierto tipo de perfumes. Porque como los trajes, yo para que me ponen un traje que sea exclusivo, si luego no tengo ninguna ocasión en la que ponerme, lo que me lo voy a poner en la playa, pues que los perfumes pasan poco a lo mismo. ¿A qué voy con todo esto? Estaréis pensando más de uno. Una y vaya chapa nos estás metiendo. Pues que todo esto lo naturalizas de una forma, de tal manera, que al entender la manera de trabajar, de estas perfumerías, aprecias el producto, sabes el esfuerzo que hay detrás, entiendes el perfume, esa calidad de dónde viene, cuánta gente ha trabajado para que tú llegues a tener en un frasquito, ese producto. Y eso te hace percibir al producto de una forma que antes no lo percibías. Y tú antes entravas por una perfumería, Nietzsche, y te decía en este perfume, cuesta 150 euros, decías qué barbaridad es que me voy corriendo. Sin embargo, ahora yo entiendo que un perfume Nietzsche de 150 euros, entiendo que es un perfume barato para el sector del que estamos hablando. Porque por todo el esfuerzo que hay detrás, de tanto a nivel comercial, a nivel autóral, a nivel de empresa, es que está todo manejado de una forma mucho más pequeña que los perfumes grandes. Sin embargo, a mí, pagar 90 euros en un centro, como un dron y una arena, un Douglas y todos estos, un primor, pagar 90 euros por un perfume comercial me parece caro. ¿Estéis viendo qué cosa más curiosa? ¿Cómo estamos percibiendo aquí el valor de las cosas? ¿Cómo puede ser que un perfume de 150 euros me esté pareciendo barato y otro de 90 euros me esté pareciendo caro? A eso es a lo que quiero llegar yo. Aquí podemos tomar una pista para ver cómo nosotros podemos llegar igual a nuestros clientes. Igual tenemos que mostrarles un poquito más el conocimiento, el cariño, el esfuerzo que hay detrás de todo esto. Al final, es la autoría que le ponemos nosotros, nuestro conocimiento, nuestra experiencia. Muchos de vosotros nos preguntáis ¿Cómo hago yo para enseñar eso tan difícil que es? A enseñar a mi cliente todo el esfuerzo que hay detrás, que no hay un clic para ponerle la piel perfecta, que no hay un clic para hacer que ese escenario que ha sacado de fotografía interiorismo como todo se ponga recto y todo esté perfecto. Eso tenemos que enseñar a nosotros con las herramientas que tenemos hoy en día que son tanto las redes sociales, web, Youtube, podcast, mail, newsletter. Muchas veces nos enteramos los fotógrafos desde hace muchos años en sacar una fotografía que pasaría lo mismo con los perfumes si tú sacas un producto que es muy bueno, pero luego no sabes venderlo. Luego no hay alguien por el camino que vaya enseñando el esfuerzo que hay detrás que te vaya explicando las cosas de cómo funcionan, de que tú no has estado con... eso no es un clic, sino que vas a estar dos horas retocando esa fotografía para que eso está bien. Todo eso lo tenemos que explicar. Hoy en día tenemos un esfuerzo muy superior al que teníamos antiguamente porque los fotógrafos éramos muchísimos menos. Y ahora es muy difícil distinguir entre el fotógrafo, que es bueno por toda la experiencia que te da, y el fotógrafo que solamente te enseña una pieza en Instagram y con eso ya te juzgan sobre el precio. Hay que enseñar todo lo que está detrás y si te da pereza tendrás que hacer que eso lo haga otra persona por ti. Pero si no, ¿cómo vas a ver el cliente todo el esfuerzo que hay detrás? Nosotros hemos hecho ese esfuerzo y hay clientes que una vez que les hemos hecho el trabajo, os han dado cuenta de los baratos que podemos llegar a ser con todo lo que estamos haciendo, los conocimientos que tienes a ver, los conocimientos que tengo yo, cómo los unimos, cómo los compenetramos y cómo sacamos la mejor cara de las necesidades que tiene ese cliente. Le hemos hecho el traje a medida. Ellos venían con una idea en la cabeza que igual estaba equivocada o estaba incompleta y nosotros lo que hemos hecho ha sido coger, completarla, estudiar sus necesidades. Y, por supuesto, hemos cobrado más que si lo hubiéramos acá solamente cuatro fotos porque hay un estudio previo. ¿Esto es difícil de hacerlo? Sí, pero una vez que el cliente se acostumbra a que tú trabajas de esa manera, te empieza a percibir como un fotógrafo que está en su precio. Ese es el valor real que tiene el trabajo que estás haciendo para él y le empieza a parecer incluso demasiado caro otros fotógrafos con los que has trabajado que ni siquiera se han molestado en estudiar su caso, en ver que a nosotros han dicho a muchas empresas otros fotógrafos que han pasado por aquí son más baratos pero tampoco nos han dado las soluciones que nos habéis a vosotros. Pues eso es un poco la comparativa que quería sacar hoy para que veáis que a veces el precio se percibe de una forma y de otra. Seamos sinceros, en España la fotografía está muy devaluada y creo que es nuestra labor ponerla en valor para defender unos precios que nos permitan vivir bien. Vivir bien sin grandes lujos. Vivir bien de la manera más normal del mundo porque que nadie se piense que siendo fotógrafo se va a hacer millonario. Si quieres conocer cómo lo hacemos nosotros, hazte miembro del Club Sin Filtro donde contamos todo tipo de experiencias que tenemos con clientes reales. Buenas y malas, no nos guardamos ninguna. Te esperamos. Hasta el siguiente podcast.

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