La tremenda corte.

La tremenda corte.

Audiencia pública.

El tremendo juez de la tremenda corte va a resolver un tremendo caso.

Buenas noches, secretario.

Buenas noches, señor juez.¿ Cómo sigue de salud?

Como siempre.

Ahora los médicos dicen que todo lo que yo tengo es de origen glandular.

Y eso por qué?

Porque resulta que yo tengo la costumbre de bañarme tres veces al día.

¿Tres?

Sí.

Una por la mañana, otra por la tarde y otra por la noche.¿ Y no le hace daño tanta humedad?

Ese es el

problema, que con tanta humedad las glándulas de mi organismo se han ido encogiendo.

De manera que las glándulas mías ya no son glándulas.¿ Y qué son entonces?

Pequeñúndulas.

No me diga, se le quedaron pequeñúndulas.

Sí, unas pequeñúndulas y otras chiquitíndulas, pero glándulas ya no me quedan ninguna.

Óigame, señor juez, mire que a usted le pasan cosas raras.

Yo creo que usted debía hacerse una limpieza.¿ Qué limpieza me voy a hacer después de que me baño tres veces al día?

Verdad, no me voy a fijar, tiene razón.

Póngase un peso de multa para que otra vez se fije.

Y a

ver qué caso tenemos hoy.

Un timo.¿ A quién timaron?

A un primo de Nananina.

Pues llámelo complicado en ese primicidio.

Enseguida, señor juez.

Luz María Nananina!¡ Aquí como todos los días!¡ Rudecindo Caldeiro y Escoviña!

¡Suyente!¡ José Candelario Tres Patines!¡ A la reja!

Bueno, bueno, vamos a ver qué le sucede a ustedes hoy.

Que ese bandolero de tres patines timó a mi primo Jacobito aprovechándose que él no conoce La Habana.¿ Qué

cosa?¿ Que yo no conozco La Habana?

Usted sí, el que no la conoce es mi primo Jacobito.

Ah, no, ya me entrañaba eso.

Bueno, nananina,¿ y dónde está su primo Jacobito?

En la cama, señor juez, con un catarro tremendo que cogió por culpa de ese sinvergüenza de tres patines.

Con la venia de la sala.

Qué le pasa a usted?

Ruego al tribunal...

Sí.

Que tome nota de la contradicción en que está escurriendo Nananina.

Qué contradicción es la que está escurriendo Nananina?¿ Cómo

cuál va a ser, chico?

Primero no me dijo ese bandolero.

Sí, se puede ser bandolero y sinvergüenza al mismo tiempo.

Claro que

sí

Cállese la boca.

Natural que sí, señor.

Que se puede ser sinvergüenza y bandolero.

Y si usted no tomó una medida enérgica contra tres patines, doctor...

No vamos a tener más remedio que hacer una ponina entre la gente del barrio para comprar un juez de paquete.¿ Cómo un juez de paquete?

Sí, la gente dice que usted ya no funciona bien porque está muy usado.

Diez pesos de multa por decir que estoy usado, Rudecindo.

Además, Rudecindo,¿ qué pinta usted en este asunto?

A usted lo timaron también.

Corinte pinta.

Eh, te llamo.

No me timaron, doctor, pero me desgallinaron, que es lo mismo.¿ Cómo que lo

desgallinaron?

Señor, cuatro gallinas que me traía Joacobito de regalo, me las volaron ahí sin que yo sepa cómo.

Que se las traía a quién?

¿Eh?

A Jacobito.

A Jacobito, porque yo creo que usted dijo Joacobito.

De Juan Comino, él es de Juan Comino, no sé si...

Juan Comino Quién se las voló

Tres patines.

No

rulecitos,

no.

Lo que

pasó fue...

Que Jacobito, chico, no me dio bien la seña.

Qué seña?

La de las gallinas, chico.¿ Y eso, las gallinas tenían seña?

No, chico, las gallinas tenían pluma.¿ Y de qué seña habla usted entonces?

Hombre, de la de Rudecindo.

Porque lo que pasó fue que Jacobito me la dio para que yo se la llevara.

Qué

le dio

la seña de Rudecindo?

No, chico, la gallina.

Pero me la dio equivocada.

Vamos, le dio las gallinas equivocadas.

No

chico, lo que me dio equivocada fueron las señas de Rudecindo.

Por eso es que, óyeme, no hay quien la encuentre.

Qué cosa?¿ No hay quien encuentre la seña de Rudecindo?

No, chico, la gallina.

Momento, Tres Patines.¿ Qué lío armó usted ahí con Rudecindo, Jacobito, la seña y la gallina?

Yo ninguno.

Lo que pasó fue que Jacobito me dio cuatro Rudecindos para que yo se lo llevara a la seña de la gallina

Espere, espere, espere.

Entonces, cuando yo salí...

Espere

espere

Jacobito le dio a usted cuatro Rudecindos.

Sí, cuatro Rudecindos...

Sí, cuatro rulecinos son plumas, para que yo lo...

Entonces...

No, chico, yo dije cuatro rulecinos.

Sí,

señor Ah,¿ y rulecino tiene pluma?¡ Mendito Dios!¿ Qué raro

va a tener plumario,

hombre?

Estoy preguntando, chico, estoy preguntando.

Entonces yo me equivoqué.

Lo que pasó fue que la gallina me dieron cuatro Jacobitos para que...

No, la cosa no es así

tampoco

¿verdad Cómo es la cosa así?

Y a mí me pregunta usted?¿ Usted no lo sabe?

Sí pero es que estoy trabajando

All right, vamos a ver si yo puedo aclararlo entonces.

A ver, sí.¿ Quién es el Jacobito ese, nananina?

Un primo mío que vino del campo, señor juez.

Un hombre muy decente y muy honrado.

No, eso sí es verdad, ¿eh?

Oye, Nananina me dijo que tratara bien a Jacobito porque era un buey viejo.

No, no, no, un momento.

Yo no le dije a usted que era un buey viejo, ¿eh?¿ Cómo que no, señora?

No, señor.

Yo le dije que era un buen viejo porque Jacobito es un viejo muy bueno.

Entonces lo que yo entendí no fue lo que dijo usted.

No, señor, son dos

palabras distintas.

Y bastante distintas, hombre.

Porque buen tiene una N al final y buey lo que tiene al final es una Y.

¿Cómo

cómo?¿ Qué es lo que tiene buey al final?

Una Y?

Eso será en España, porque aquí en Cuba lo que tiene al final es el rabo, chico

Bueno, dejen eso

ya.

Hombre, lo

he visto yo, chico.

Sí, ya lo he visto, pero ya.

En fin, nananina, quedamos en que Jacobito es primo suyo, ¿verdad?

Sí, señor.

Es hermano de mi primo segundo.

Entonces, primo segundo de usted.

No, no, no, señor.

Es primo carnal

Qué quedamos?¿ No dice que es hermano de su primo segundo

Sí, porque son tres hermanos.

Uno que se llama Genaro.

Qué

fue

Que lo tumbó la vaca?

Qué vaca?

La mula.

La mula.

La mula lo

tumbó también.

A Genaro.

Otro que se llama Jacobito.

Y otro que se llama Segundo.

Genaro es el primero.

Jacobito el segundo.

Y Segundo el tercero.

¿Cómo, cómo?¿

Segundo es el tercero?

Sí, señor.

Y qué le pasó?

Nació

con

retraso, ¿no?

No, señor.

No nació con retraso ninguno.

Guanábana será un pueblo chiquito, pero la gente de allí nace igual que en todas partes.¿ Y los

primos suyos son de Guanábana?

Sí, señor.

Mira qué casualidad, mi abuelita era de allí también.

Sí.

Sí,¿ sus primos son del lado rico o del lado pobre del pueblo?

Del lado pobre.

Ah, no, abuelita era del otro.

Qué lado son esos de que está usted hablando,

Tres Patines?

Bueno, es que en el pueblo ese de Guanábana hay dos barrios,¿ tú sabes?

Sí.

El barrio rico que está a un lado y el barrio pobre que está al otro lado.

Ah, vamos, son dos barrios.

Sí.

Al barrio pobre todo el mundo le dice el lado pobre del pueblo.

Ajá.

Y al lado rico,¿ tú sabes cómo le dice la gente?

Cómo le dicen?

El lado rico de Guanábana.

Ajá.

Porque el helado rico de Guanábana.

El helado

rico de Guanábana,

¿eh?

Secretario, póngale a tres patines un mantecado de multa.

No te gusta el helado?

No me gusta.

Y eso por qué

Porque tengo catarro y el helado de Guanábana, mi

primo

Vamos a ver, explíqueme, nananina,¿ qué fue lo que pasó con ese primo suyo?

Pues que los tres hermanos que yo le dije se pusieron de acuerdo para venir a vivir a La Habana.

Genaro, que es el primero, se lo propuso a Segundo, que es el tercero.

Y entonces Segundo, que es el tercero, le pidió a Jacobito, que es el segundo, que viniera a La Habana a buscar al cuarto.

El cuarto, hermano

No, el cuarto para vivir, la casa.

Ah,

bueno,¿ y qué pasó?

Pues que Jacobito me puso un telegrama avisándome su llegada.

Sí.

Pero

yo tuve que ir a Winnie a ver a mi tía Catalina, que está enferma, y Rudecindo me acompañó.

Entonces usted también conoce a esa tía, Rudecindo.¿

Cómo no, doctor?

La conoce todo el mundo.

¿Cómo?¿ Usted no ha oído hablar de Catalina de Winnie?

Sí.

Pues esa es la tía de Nananina.

Espérate, que yo creo que la conozco también.¿ Esa señora no estuvo casada con don Caimito de Guayabarchi?

No, señor.

No estuvo casada con nadie, es soltera.¿ De nacimiento?

Sí, señor, de nacimiento.

Entonces debe ser otra la que yo conozco

Bueno, dejen eso también.

El caso es que Rudecindo y usted se fueron para Guiné,¿ no es así, nananina?

Sí, pero yo le encargué a Tres Patines que fuera a esperar a Jacobito y lo atendiera mientras volvíamos nosotros.

Y lo que hizo Tres Patines fue engañarlo y sacarle el dinero.

No,

no, no, nananina, no, engañarlo no.

Pero sacarle el dinero sí, ¿verdad?

Bueno, sí, eso es

bueno.¿ Por qué se ríe?

No sé

que me vino la risa así.

Porque mamita me dijo a mi hijito...

mira a ver si buscas dinero que estamos arrancados.

Pero eso yo se lo advertí a Rulecindo, chico.¿ A mí?

Sí, Rulecindo.

No, no.

A usted, sí.

No, no,

no.

Mientes, mientes.

Porque tú me dijiste que tratara bien a Jacobito que era primo de Nananina.

Él se lo dijo así, como un consejo, ¿no?

¿Eh?

Él se lo dijo como consejo.

Sí, no, sí, una suplicatoria.

Sí, un suplicatorio que le hice.

Sí, eso es la cosa.

Sí.

Bueno, que tratara bien a él.

Entonces yo...

te dije a ti, Rolesindo,¿ te acuerdas?

Que la misma frase que estoy...

No hay problema

Usted se lo dijo a él.

Bueno, usted acatando lo que él le decía a usted.

Sí,

yo

atacando lo que él decía.

No, atacando, no, acatando lo que él le decía, el consejo que le daba.

Sí.

Entonces, porque seguí yo la pronunciación,

le digo,

siendo primo de nananina, para mí, cuando yo lo vea, es primo también.

No fue así, Rolesindo.

Sí, pero entonces tenía usted que tratarlo como a un pariente suyo.

¿Mío?

¡Claro!¿ No me dijo que para usted sería un primo igual que lo era para Nananina?

No,

no, no, espérate, espérate, que tú no me entendiste bien.

Yo dije es primo,¿ me entiendes?

Pero no dije que era primo, refiriéndome al parentesco.¿ Cómo que no?

No, no, no, yo dije es primo, del verbo exprimir.¿ Y yo le dejé algún dinero en el bolsillo a Jacobito, Nananina?

Ninguno.

Pues mira a ver si lo exprimí o no, chico.

Oye, si lo exprimo un poco más, lo dejo en paño menor.

Dito sea Dios.

Doctor, ahí hay dolo.

Pido justicia en nombre de los chavales de

España Por qué?

En nombre de los chavales, pido justicia.

Pues será en nombre de los chavales.

Se hará justicia.

Explíqueme, nananina,¿ qué le hizo Tres Patines a Jacobito?

Pues lo primero que le hizo, señor juez, fue pedirle todo el dinero que traía para llevarlo a un banco.

A un banco?

Sí.¿ Usted le dijo que lo iba a llevar a un banco, Tres Patines?

Sí, chico, no, y lo llevé, chico.

Ah, ¿ve?, Sí, yo lo llevé.

Las cosas se van aclarando.

Claro.

Venga acá a Tres Patines, porque yo sé que usted tiene sus cosas, pero hay momentos en que usted no hace las cosas como lo hace porque no le dan chance.

Claro.¿ A qué banco llevó el dinero?

El dinero,

no, no, no, no, espérate, espérate, no, el dinero a ninguno.

En qué quedamos?¿ No dijo que lo iba a llevar a un banco?

Sí, pero a él.¿ A quién?

A

Jacobito.¿ Cómo Jacobito?

Sí

porque Jacobito llevó, yo me presenté.

Él me saludó y entonces yo le dije, deme el dinero que traiga enseguida, no sea cosa que se lo vayan a robar.

Yo lo voy a llevar a un banco para que esté seguro.

Y entonces llevé a Jacobito a un banco.¿ A qué banco?

A un banco de paseo del Prado.

Lo llevé

allí

y lo senté.

Bueno, bueno, pero es que usted le dijo que lo iba a llevar a un banco, que lo que le iba a llevar al banco era el dinero.

No

señora, perdóneme.

Lo que yo le dije fue, deme acá el dinero que traiga...

No sea que se lo vayan a robar.

Punto.

Hasta ahí estaba hablando yo del dinero, ¿comprende?

Después arranco de nuevo yo.

Yo lo voy a llevar a un banco para que esté seguro.

Punto.

Hasta ahí estaba hablando yo de Jacobito.¿ Y sentado en

ese banco estaba seguro Jacobito

Sí, chico, estaba seguro porque tú sabes que estaba en alto protegido por un muro de manera que ahí no podía arrollarlo ninguna máquina de nada

Bueno, bueno, pero usted lo dejó abandonado allí sin dinero.

Y el pobre cogió un catarro terrible, porque tuvo que dormir allí mismo en ese banco.

Y el catarro se lo pegó a usted, por eso

viene con esa gracia

aquí.

Ahora, él mismo

me dijo a mí que quería dormir allí.

Seguro que se lo dijo él mismo, Tres Patines.

Sí, chico

porque yo le pregunté dónde quería pasar la noche.

Y él me dijo que le buscaran un buen sitio, porque cuando él iba a Santa Clara, dormía en un hotel muy bueno, que es el hotel donde duermen los rotarios de La Habana cuando van a comer los banquetes de Santa Clara.

Y qué?

Nada, porque yo le dije,¿ dónde duermen los rotarios?

No puede ser aquí en La Habana,

porque yo no sé dónde

es.

Pero tú quieres dormir, muchacho, en donde duermen los leones.

Y como él me dijo que sí, pues lo llevé a que durmiera donde duermen los leones.¿ Qué leones?

Los leones de Prado, los de Gromse.¿ Eso Leone lo quita por la noche?

No.

Ah, bueno, pues entonces duermen allí, chico.

Hágame el favor, pero Jacobito creía que usted se refería a los socios del Club de Leone.

Y qué culpa tengo yo de que él creyera eso, caballero?

Yo cumplí lo que le dije, señora.

A ver, bendito Dios.¿ Usted está viendo eso, doctor, verdad?

Sí, señor.

Sí, Rodacín.

Bueno,¿ y qué hace usted que no se indigna, compadre?

Usted no tiene sangre en las venas.

Sí,

señor.

Tengo sangre en las venas y tengo una multa de diez pesos para usted.

Ah, ¿sí?

Cógela conmigo si

quiere, pero que se te vea tu arco en energía.

Cállese la boca!

En fin, tres

patines.

El caso fue que usted dejó al pobre Jacobito durmiendo ahí en el paseo del Prado, ¿verdad?

Sí, me parece que es una habitación bastante amplia y muy ventilada sobre todo.

Con muchas ventanas, ¿verdad?

Fíjate, chico.

No, y con la comodidad de que tú vas hasta el final del paseo, atraviesa el malecón, brinca el muro y tienes ahí una bañadera que llega hasta España.

Vaya, hombre.

Y mientras tanto usted se fue con el guano de Jacobito,¿ no es eso?

Sí.

No, digo no, espérate Yo

fui a llevarle la gallina a Rudecindo.

Qué gallinas eran esas?

Cuatro gallinas que mi primo le traía de regalo a Rudecindo, señor juez.

Tres patines

se las robó también.

No, señora, eso fue en la que la dirección de Rudecindo no estaba clara.¿ Que no?

No.

Oye,

eso...

No va

a estar

clara, compadre.

Yo se la di a usted muy bien, hombre.¿ Y

la dirección no podía ser

más clara?

Calle 15, esquina 20.

¿Cómo?

Calle 15, esquina 20.

Entonces eso de 15 y 20 era la dirección.

Claro que sí, Jacobito,¿ no se la dio escrita en un papel usted?

Hágame el favor, ahora es que vengo a darme cuenta de lo que pasó con las gallinas.¿ Qué

fue lo que pasó?

Que Jacobito me dio las cuatro gallinas con un papelito que decía llevarlas a la barbería de 15 y 20 en el Vedado.

La barbería

Rudecindo, ¿no?

Sí, yo me volví loco,

sí,

buscando.

Era el sitio que vendió ahora la lechería que tenía,

la relojería.

Y compró la barbería.

Yo me volví loco buscando una barbería de 15 o 20 en el verano, pero no pude encontrar ninguna.

Cómo que no pudo encontrar ninguna?

No,

de 15 y 20, por mi madre que no.

La más barata que encontré era de 40 y 60.¿ Cómo de 40 y 60?

Sí, 40 centavos por el afectado y 60 por el pelado.

Sin talco.

En vista

de eso yo seguí

caminando y buscando hasta que allá...

En el reparto llegué y vi un letrero que decía barbería de 15 y 20.

Entonces dije, esta misma tiene que ser.

Y

entregué allí las cuatro gallinas.

No me digas, las entregó en la barbería esa.

Sí, una barbería bastante bien, ¿oíste?

Con una croqueta y sus pejitos.

Sí.

Un

taburrete arriba de un cajón De quién

es?

De quién es la barbería

esa?

Sí.

Sómbrate.¿ De quién?

De mamita.

No.

Oye, se puso de lo más contenta cuando vio las cuatro

niñas.

Ah, se puso muy contenta, ¿verdad?

Sí,

tú sabes lo que almorzamos nosotros hoy?

No,¿ qué almorzamos hoy?

Ni te lo imaginas.¿ Qué cosa?

Huevos fritos, chicos.

Sí

Y sabes lo que vamos a comer esta noche?

Qué vas a comer?

¿Tortillas?

Qué más, chicos?

Calientico, calientico

Qué cosa, qué cosa?

Sopa de

gallina y gallina frita.

Con qué sopa de gallina, no?

Castillo del Príncipe es lo que va a comer usted.

Escriba ahí, secretario.

Venga la sentencia.

Por lo

de la barbería y el guano de Jacobito le voy a poner poquito.

Catorce meses y un día.

Y procure devolver hasta la última gallina o le tendré que poner treinta pesos de propina.

Don Leopoldo Fernández, Aníbal Lebar, Minical, Adolfo Otero y Miguel Ángel Herrera.

Escribe Castor Bispo.

Producción y dirección

Miguel Yao.

Manolo Iglesias que les habla les dice¡ Muy buena suerte, amigos!

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